Capitulo 5

Capitulo 5: Robándome Al Prometido

*.*.*-JAEJOONG-*.*.*

-¡Jaejoong! ¡Jaejoong! ¿Eres tú? –vi a la persona que me reconoció entre las personas y miro a Yunho

-¿podrías llevarte a Karam? –él me comprendió y tomó al niño cargándolo para irse lejos de mi

-Jaejoong ¿Cómo has estado?

-bien Andy. Muy bien… –creí que él se había ido lejos, a otra ciudad, otro país pero parece que no, le fue muy fácil identificarme

-yo… lo siento mucho. Nunca tuvimos noticias del bebe y Dara no quiso confesar la verdad –asentía tratando de actuar triste –bueno, no es momento de hablar de eso. Pensé que vivías en Seúl

-escucha Andy no quiero ser grosero pero ya debo irme. Vive bien –él me toma del brazo para evitar que avanzara y le miré un poco confuso

-quiero que sepas que me arrepiento de no haberte querido como esperabas. Estás muy bello –me solté de su amarre y me alejé en busca de Yunho y mi hijo pero no les veía. Se me ocurrió llegar al estacionamiento y ahí vi a Karam dentro del auto. Subí y fuimos de regreso a casa

Yunho hace que Karam entre a la casa para luego cerrar la puerta. Y halarme hacia un lado de la misma para hablar algo privado

-¿Qué fue lo que pasó? ¿Quién era él? –me preguntó con preocupación en sus ojos

-era Andy… el padre de Karam –él se sintió un poco dolido, su rostro lo decía así mientras de mis ojos salieron unas lagrimas –yo no quería que lo viera, no… -los brazos de Yunho me llevan a su pecho y yo me aferré más a su cuerpo

-el único padre de Karam soy yo –él me aleja para que viera a sus ojos -¿estás de acuerdo? -le dije que sí. Miraba a su rostro y él hacia igual… me seca las lagrimas y mi mente solo observaba sus labios, deseando estar en contacto con los míos –Jaejoong… –susurró mi nombre tocando mi mejilla con su mano derecha, se me acercaba poco a poco y cerré mis ojos para sentir ese beso que llegó.

Yunho rozó mis labios por primera vez con la mayor delicadeza que podía experimentar. Atrapé su labio inferior con el deseo que desde días antes controlaba. Me sentía en el aire, volando, no imaginaba que fuese tan agradable estar así cerca de él, me acomodé mejor entre sus brazos para que esta vez uniéramos nuestras lenguas con un leve toqué que…

-Jaejoong tu… -mi madre aparece y de inmediato me separo de Yunho. Mi corazón latía veloz y sin poder explicar nada me alejé de allí para buscar a Karam y prepararlo para que duerma. Me acosté al lado de él para descansar pero no podía. Sonreía recordando ese beso con Yunho. Él me gusta, me gusta demasiado. Ni siquiera sé como actuaré frente a él mañana sin que mis mejillas se coloreen.

Al día siguiente fui con mi madre a la cocina para ayudarle a preparar el desayuno. Karam y Yunho estaban jugando en el patio de la casa en espera de la comida

-¿Cuál es tu relación con Yunho? –me pregunta mi madre y había olvidado que ella apareció justo cuando nos estábamos besando. Mordí mis labios ocultando la vergüenza que me daba esa situación

-no… no es nada –se me ocurrió contestar

-escucha Jaejoong… desde Andy, tú no has salido con otros chicos. Sé que los jóvenes de ahora son así, andan con enredos en la cabeza y antes de ilusionarte con él, comprueba que esté disponible ¿de acuerdo?

-madre él y yo…

-¡omma! –Karam llegó para contarme que había jugado muy bien y estaba muy feliz por eso. Servimos la comida y tuvimos un emocionante desayudo con Karam hablando mucho, como nunca antes le habíamos visto, nos hacia reír con sus palabras.

Me despedí de mi madre y una vez más me advirtió que tuviera cuidado de no enamorarme de Yunho, o por lo menos no tan rápido. Subimos al auto y partimos de regreso a Seúl.

El viaje no fue tan cómodo como esperaba, Yunho trató de ignorar lo que había pasado y yo reuniendo mucho esfuerzo, hice igual. Para él todo seguía normal pero no para mi, ¿Qué significo ese beso? Quizás… ¿no le gustó?... o pensó que yo necesitaba de eso para dejar de llorar… o podría ser que yo lo pedía a gritos sin darme cuenta

-¡Jaejoong! –Escuché la voz fuerte de Yunho, parece que estaba inmerso en mis pensamientos –voy por unas bebidas –asentí viéndolo entrar a un supermercado. Su celular comenzó a sonar y este registraba el nombre de Sukkie. Karam lo notó y lo miré

-¿conoces a Sukkie?

-es el novio de appa –él responde volviendo a jugar con su muñeco  

-¿appa… tiene novio? Quizás es un amigo –traté de obtener más información

-él me dijo que es su novio y que quiere mucho a appa –Mi madre tenía razón… ese beso fue solo un impulso y nada más. Su corazón ni siquiera se habrá acelerado como lo hizo el mío… Jaejoong ¡no seas más idiota! Yunho aparece entregándonos gaseosas y dulces para comer

-estaban llamando a tu celular –me arriesgué a decir. Él lo revisa, su rostro cambio de inmediato. Se alejó del auto para devolver la llamada y regresa sin comentar nada.

Solo la música fue el distractor de las siguientes horas de viaje.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

Llegamos a casa de Yunho siendo recibidos por su agradable madre, su padre y… un desconocido que hizo mi corazón doler. Él lucia una gran sonrisa y faltaba poco para que corriera hacia Yunho. Se abrazaron y fui a dejar la maleta de Karam en su habitacion ignorando ese encuentro algo efusivo.

Una empleada me avisa que la cena está servida y todos esperaban por el pequeño y por mí. Sentados en la mesa Yunho frente a mí, sentía sus ojos siguiendo mis acciones. Había un silencio incomodo y su madre no tardó en remediarlo    

-Geun Suk… él es Jaejoong, la omma biológica de Karam –yo le miré e hice una reverencia para volver a mi plato de comida

-oh!… y… ¿estás viviendo aquí? –el tono de su pregunta era desagradable, grosero, molesto. Iba a responder pero Yunho se adelanta

-vive con nosotros para que Karam vea que sus padres se llevan bien

-Omoní –él mira a la madre de Yunho –no le mencionaste que soy el prometido de Yunho –la comida empezaba a no sentarme bien. Limpie mi boca con la servilleta y miré a todos

-no pienso vivir aquí todo el tiempo –mencioné –en unas semanas organizaré todo para irme con Karam

-¡Karam no se va de esta casa! –Yunho responde dejando caer los cubiertos demostrando su enojo

-no quiero arruinar la cena, me retiro –mencioné y le pedí a la empleada que siguiera alimentando al niño. 

Fui a mi habitacion para lanzar unas almohadas al piso con mucha rabia, ni siquiera sabía que sentía mi corazón. Yunho cruza por la puerta y la cierra con seguro

-¡¿qué rayos fue lo que dijiste?!

-¡nunca me dijiste que ibas a casarte! –Le reclamé en tono un poco alto -¿crees que viviré aquí siendo un estorbo? Soy la omma de Karam y no quiero que… -iba a decir palabras groseras pero me calmé -tu prometido… esté cerca de él –eso último sonó muy mal  

-¿estás celoso? –me quedé callado. Le miré con enojo y como siempre giré mi mirada hacia otro lado para no enfrentar a la suya

-claro que no –logré decir pero ya era tarde. Yunho me hala para quedar frente a su rostro, pegándome a su pecho y sus dos manos tocando mi espalda -¡suéltame! ¿Qué haces?     

-no sé pero quiero tenerte así –mi mirada buscaba sus labios automáticamente y luchaba para que solo me fijara en sus ojos

-no me beses –me arriesgué a decir, aunque era más una súplica de mi interior

-es justo lo que deseo hacer –sus labios cubren mi boca por completo mientras yo reaccionaba ante los movimientos de su boca. Me dejé llevar una vez más, le permití entrar con su lengua a todo mi interior. Tocaba con delicadeza su húmeda cavidad explorándola y tomándome el tiempo necesario en hacerlo. Mi cuerpo se electrizaba con sus manos buscando mejor posición en mi cintura y pegándome mucho más a él. Sus brazos amplios me rodeaban creando una protección y calidez de la cual quería dejarme envolver.

Pausamos el beso manteniéndonos a escasos centímetros de lejanía y yo sin abrir mis ojos vuelo a acariciarlo con mis labios. Él tenía un ligero sabor a vino y no descansaría hasta quitarlo para adueñarme de su verdadero sabor. Por un momento sentí que sacó su lengua para que la chupara y eso era más que excitante. Hice lo mismo y cuando sus labios la reclaman suya me enloquecí de su cuerpo. Con mis manos tocaba su pecho por encima de su camisa. Quería comerme su boca si eso fuera posible y ahora abría más mis labios para acaparar más piel del rostro.

Volvimos a repetir estos movimientos tantas veces que nos perdimos en esa sensación de placer y emoción que en un beso se puede transmitir, fui yo quien selló el beso para terminarlo. Abrí mis ojos y le miré alejándome un poquito pero permaneciendo dentro de sus brazos

-Jaejoong… –cuando he reaccionado, yo me separo estableciendo una distancia de un metro más o menos

-deberías irte con tu prometido ¿no? –guardaba la esperanza que dijera algo sobre el beso pero se limitó a mirarme y a los pocos segundos se fue de mi habitacion.

*.*.*-YUNHO-*.*.*

Mis sentimientos están completamente enredados. Por un lado Jaejoong me encanta, es hermoso y amo tenerlo en mis brazos, incluso besarlo es fascinante al jugar con esos labios que parecen inocentes. Y Sukkie… él ha sido mi pareja desde hace tres años, desde antes de conocer a Karam, me tomó tiempo que él lo aceptara ya que nunca le gustó la idea de que lo criara, no puedo borrar nuestra relación de un día a otro porque Jaejoong haya aparecido.

Ingresé a mi habitacion y no debía sorprenderme pero lo hice de ver a Geun Suk dentro de las cobijas de mi cama

-mi Yunnie ven conmigo –él lo dice ofreciéndome su mano. Suspiré y me ubiqué a su lado –estuve muchos meses alejado de ti –él hace que me ubique sobre él para mirarme a los ojos y pedir que lo besara. Sin querer giré mi rostro y no pretendía responder a su petición –¿Te pasa algo? ¿Es por la omma de Karam? –él me lo pregunto sin titubear.

-¿Qué es lo que quieres decir? –me senté en la cama y él hace lo mismo

-no me gusta que él vivía aquí, siento que nuestra relación está en riesgo

-no… no tienes de qué preocuparte –él me abraza y yo sabía que no era cierto lo que decía, porque justamente desearía estar en cama con Jaejoong. Le dije a Sukkie que estaba cansado y evite que tuviéramos sexo. No lo haría teniendo a otra persona en mi mente.

*.*.*-JAEJOONG-*.*.*

Afortunadamente no me encontré con Yunho antes de salir de la mansión para ir con Junsu. Él me llevaría a la nueva cafetería/oficina que abrió para que continuáramos con nuestra propia empresa.

-y… ¿Qué te parece? –mis ojos brillaban de emoción, el lugar estaba mejor acondicionado que el anterior y la ubicación era mucho mejor, cerca de una avenida principal. Tenía un buen presentimiento de esta nueva oportunidad que teníamos. Junsu me sirvió un café y nos sentamos a tomarlo

-¿Qué crees que debo hacer? –le pregunté a mi mejor amigo una vez le conté todo lo que había pasado en la mansión

-creo que no le eres indiferente a Yunho, él también siente algo por ti, solo que las cosas han pasado muy rápido entre ustedes. Deberías hacer que él aclare sus sentimientos para que tengas una respuesta segura –él bebió de su taza –en cuanto a ese Sukkie… mantente distante a menos que él te diga algo… si eso pasa… hazle dudar de Yunho, no te vayas a dejar Jae –asentí no muy convencido de poder hacer eso pero confiaba en el consejo de Junsu.

Regresé a la mansión y esperé por Karam que lo trajera el chofer de la familia. En cuanto llegó corrió hacia mí y le cargué llenándolo de besos por todo su rostro. Le pedí que se fuera a cambiar de ropa y me encontré con Geun Suk

-¿Podemos hablar? –asentí y le seguí hasta el estudio donde estaríamos en privado. Cerré la puerta detrás de mí y me ubiqué con posición a la defensiva

-ya me imagino de qué quieres hablar –comencé –Karam es mi hijo y…

-no es de él –me quedé en silencio –es de MI prometido, de Yunho

-¿Qué pasa con él? –temía mucho a este momento pero ya no podía escapar, debía hacerle frente  

-no quiero que te le acerques, tienes que evitar hablar con él en lo posible

-¿Tanto desconfías de él? –quería hacerle dudar como me dijo Junsu

-no quiero que te aproveches de Yunho, su corazón es muy noble y personas de tu clase fácilmente querrán envolverlos pero no te lo permitiré

-¿personas de mi clase? –odié su insulto

-si abandonas a tu hijo en una carretera ni siquiera tendrías derecho a llamarte persona, seguro ahora si te interesa el niño porque tiene la protección de un hombre millonario y muy guapo como Yunho ¿lo negaras? –me le acerqué para encararlo

-no hables lo que no conoces y no me alejaré de Yunho solo porque tú me lo pidas –tenía mucha ira en mi interior –quiero ver que me impidas hacer eso –la madre de Yunho aparece para evitar que más amenazas salieran de nuestras bocas y me fui de esa habitacion. Tenía rabia, dolor, odio, salí de la mansión para caminar por los jardines y recordé que había una casa aparte para los huéspedes pero que en realidad no se usaba mucho. Quería estar a solas para explotar esa molestia.

*.*.*-YUNHO-*.*.*

Llegué a casa y mi madre me recibe con cariño el saco y mi portafolio. Me dejé caer sobre el sofá cómodo cerrando mis ojos masajeando mis sienes y ella percibe que mi mente estaba en otro sitio

-ehh… Yunho ¿has hablado con Jaejoong?

-¿Jaejoong? –abrí los ojos y la miré dándole atención a ese nombre y ella sonreía

-oh, no es nada –volví a mi posición inicial relajándome

-¿Dónde está Karam?

-¡omo! ¡Karam! –Me exalté y miro a mi madre esperando por su razón de llamar así a mi hijo  -me dijo que iría a la casa de huéspedes y no ha regresado

-pero… ¿Qué hace él allá? –me levanté del sofá colocándome el saco

-no lo sé, ve a buscarlo Yunho –yo asentí –te espero

Hacía mucho frio y me preocupaba que Karam pudiera coger un resfriado. Caminé apresurado viendo que toda la casa estaba oscura, mi hijo no podría estar allí. Corrí hasta la entrada y me sorprendo de ver a Jaejoong durmiendo en un columpio que teníamos al lado izquierdo de la puerta, seguramente no se sabía la clave de la puerta y por eso se quedó sentado allí pero se quedo dormido.

Le cargué en mis brazos y entré a la casa de huéspedes con él para dejarlo sobre la cama para que descansara mejor. En cuanto lo estaba arropando con unas cobijas que encontré él se despierta

-Yunho –él pronunció mi nombre y con su mano hala mi cabeza para que me una con sus labios. Para que negar que también deseo ese contacto. Me fascina su cercanía, su olor, es tan embriagante estar a su lado. Necesitaba respirar y me separo haciendo que él de un empujón me aleje y se salga de las cobijas. Iba en dirección a la salida pero le atrapé por el brazo para atraerlo a mi pecho  

-¿Pretendes huir?

-si –me responde pero su cuerpo encaja perfecto entre mis brazos y mi pecho, sus ojos solo miraban mis labios pidiendo por más de esa unión y no me quería negar. Le besé de nuevo y así le conduje hasta que caímos sobre la cama…