Capitulo Dieciocho

CAPITULO DIECIOCHO  

UN MES DESPUES

JUNSU

-amor, solo es una simple carta en la que pediré que tengan en cuenta nuestro reino para las reuniones de negocios entre capitales -le dediqué una mirada fuerte a Yoochun

-¿no conoces el poder de la palabra? Los libros pueden decirnos como escribir mucho mejor y te aseguro que los demás reyes querrán venir a conocerte -me subí a unas escaleras para alcanzar en los estantes altos y tomar el libro grueso del lado izquierdo. Al bajar Yoochun me esperaba encerrándome con sus brazos sobre la escalera

-¿no crees que es mejor estar en el palacio? Quizás… practicando a hacer bebés -yo bajé mi cabeza ante su comentario -¡hey! -su mano levanta mi rostro -no hay presión, llegara en el mejor momento

-¡Te vas a ir por tres meses! -le dije -eso me dejara en desventaja con Jaejoong… ellos si que van a practicar… ¿y si no quedamos en embarazo al mismo tiempo?, no quiero que mi hijo sea un bastardo…

-¿Crees que yo permitiré que lo traten como un bastardo?... será hijo del rey

-quiero ir contigo al norte -Yoochun me libera de sus brazos y da unos pasos de un lado hacia otro tocando su frente

-aunque quisiera, no puedo llevarte

-puedo ir… -estaba pensando -como tu guardia personal -le dije y él me mira antes de reírse en voz alta

-¡¿tu?! ¿Mi guardia personal? -él se acercó lo suficiente para tocar mi mejilla -con tu rostro tan tierno… ¿de verdad… esperas que la gente pueda creer algo así? -él seguía riendo –Junsu… escucha… mi padre me ha llamado para hablarme sobre algunas situaciones económicas de ambos reinos, debo estar con él gran parte del tiempo y también sabes que él no te aprecia mucho

-él no me verá, lo prometo. ¿Qué voy a hacer tres meses sin ti? ¿quieres que muera por abstinencia? -hice descansar mis brazos en su cuello mirando a sus labios preciosos -¿Quién cuidará de ti en las noches?... -me quedé pensativo y luego le lanzo una mirada con enorme curiosidad -¿esa estúpida de Hani sigue viviendo en el norte?... -ahora Yoochun sonreía divertido, me dio un beso rápido en los labios 

-lo siento mi amor, no te llevaré

-de acuerdo -dije esto en susurro, me solté de su cuerpo y recogí el libro para abrirlo en la página que sabía le podía ayudar para redactar mejor la carta.

-porque ese “de acuerdo” no me genera nada de tranquilidad -De alguna manera yo iría con él al norte. No iba a dejarle el camino libre ni a Hani ni a ninguna otra cortesana que quisiera acercarse a él

JAEJOONG

No me gustaba mucho el trabajo de sentarme en la silla a escuchar los problemas de los ciudadanos, pero Yoochun estaba preparando su largo viaje al norte y yo debía reemplazarlo en los próximos tres meses. Contaba mucho con el apoyo de su tío quien me acompañaba muchas veces durante las sesiones y en este día se encontraba a mi lado 

-que pase la siguiente persona -una mujer joven y bella camina acompañada de quien parece ser su padre y sonríe al venos

-mi Rey Kim, es una alegría inmensa conocerlo, al igual que el consejero Jung Woo Sung -su introducción había sido buena -hemos conocido que es usted el padre del comandante Jung y quiero expresar mi deseo de presentar mi bella hija al comandante

-oh! -miré al padre de Yunho quien lucía muy sorprendido con esa inesperada propuesta

-es conocido por todos que el comandante Jung no tiene aun esposa y mi hija es bella, educada, joven y en edad de casarse

-eh… eso puedo verlo… yo… -por primera vez supe que el padre de Yunho no sabia que decir

-eso no será posible -mencioné -el comandante Jung aun se encuentra en servicio para el reino y es fiel a su palabra de servirnos únicamente a nosotros

-entiendo su punto pero…

-no tengo nada más que agregar a esto, por favor que pase la siguiente persona -el hombre con rostro de decepción se marcha de la sala y el padre de Yunho me mira con mucha fijación -si tienes algo que decir hazlo ahora

-fuiste muy grosero con el hombre -le miré -puedes usar palabras más diplomáticas

-simplemente no puedo -me levanté de la silla -me ausentaré el resto del día, por favor… escucha a los ciudadanos.

XXXXXX

Sentado en la cama de mi habitación abría la pequeña caja en la que estaba el anillo de oro que había comprado para Yunho. Recordaba que siempre existía el riesgo de perderlo, a los ojos de todos él seguía soltero y disponible… y mujeres que quisieran enredarlo había en gran cantidad.

-Jae… ¿Te sientes bien? -fue el saludo de Yunho cuando abrió la puerta de nuestra recamara, mi reacción fue esconder la caja en mi espalda -fui a la sala de visitas y mi padre me dijo que te fuiste muy temprano -salí de la cama para ubicarme frente a él y darle un beso profundo mirando a su atractivo rostro -me estas preocupando… ¿pasa algo? -le entregué la caja para que descubra su contenido -¿un… anillo?

-un hombre… vino hoy con su joven hija a ofrecerla para casarse contigo

-¿Conmigo? -yo asentí

-quiero que uses el anillo, necesito que todos sepan que tienes un dueño

-¿y si no quiero? -él me dijo esperando por mi reacción

-Haré que quieras usarlo -le di un beso en la mejilla, le guiñe el ojo y acto seguido me fui de la habitación    

A LA MAÑANA SIGUIENTE

JUNSU

-¿Todo listo para tu viaje al norte? -le pregunté a mi amado dándole un beso en la oreja abrazándole desde su espalda -llévame contigo -susurré y él me hala para ubicarme frente a él

-quiero llevarte… pero mi padre… muchas personas te conocen en el norte, y si… será un dolor de cabeza que Hani y tu se vean de nuevo, prometo terminar cuanto antes para regresar ¿confías en mí? -yo negué con mi cabeza -¡¡Junsu!!

-¡te amo!… supongo que es normal que tenga miedo -Yoochun me pega a su pecho presionando mi cintura

-yo te amo más y te tendré presente en todo momento

-lo sé -le di un beso húmedo mezclado con ternura. Era nuestra despedida ya que no podía acompañarle afuera como Jaejoong, aun no era el momento de mostrarme con el pueblo. Sin embargo, había ideado una solución para ir con él.

Cuando se fue, rápidamente corrí al encuentro con su tío, había logrado que me ayudara para ir con Yoochun. Me entregó un traje de guardia real para vestirlo y luego dio instrucciones a su protector de confianza, le pidió que me cuidara durante todo el viaje y en compañía de él iniciamos el recorrido hacia el norte.

YOOCHUN

El viaje había iniciado y ya extrañaba demasiado a Junsu, finalmente había decidido que fuera él con quien compartiría mi vida, esperaba decirle a mi padre algún día cuando las cosas se estabilizaran y él pudiera apoyar completamente mi decisión, por el momento debía mostrarle que mi matrimonio con Jaejoong era su mejor decisión y que lo más importante era ser un excelente rey para el pueblo.

Una lluvia parecía querer hacer presencia en el ambiente, el olor era delatador de las intenciones del clima y lo único que hizo fue recordarme aquella vez que me enamoré de Junsu. Me prometí que regresaría a esa casa para renovar los recuerdos de esa perfecta noche con él.

Hicimos la primera parada de la caravana para que los animales descansaran y para que pudiera seguir preparando algunas estrategias económicas que quería proponer a mi padre durante sus consejos de manejo de la economía.

La lluvia inicio y mis servidores me trasladaron a una campaña improvisada para que me protegiera del frio y del viento. Encendía unas velas más para tener la luz suficiente y leer cuando escucho los pasos de alguien acercarse, miré hacia la entrada en espera de la persona y su figura se muestra vestido de guardia real

-¿puedo estar aquí… contigo? -me tomó unos minutos darme cuenta que era Junsu

-¿Qué… haces aquí? -me acerqué para convencerme que realmente se trataba de él

-no quiero estar lejos de ti, sé que no querías que viniera pero Yoochun… acabamos de iniciar esta relación y no podía dejarte ir, quiero estar a tu lado… -no sabia como tomar sus palabras, ¿De verdad no confiaba en mí?… yo le había dado mis explicaciones y él las ignoró por completo -estaré afuera si… deseas algo de compañía -él dijo con un poco de decepción en su rostro.

Me apresuré en tomar su brazo para evitar que se fuera y Junsu de inmediato se pega a mí, levantando su pierna para que mi mano respondiera a tocarlo por su trasero, el beso ardiente no se hizo esperar… conquistando fácilmente mi enojo susurra -lo siento… lo siento…

-solo… no dudes de mí… -chupé su labio superior -nunca… -le senté sobre la mesa y continuamos con los besos y caricias, por mucho tiempo hasta que nuestros cuerpos lograsen estar saciados por esa noche.

Le llevé conmigo en el coche en la ruta al palacio del norte. Junsu tenía razón en algo… ¿Cómo íbamos a sobrevivir tres meses sin contacto alguno? Él dormía cómodamente en mi hombro mientras yo le daba besos sueltos en su frente.    

  

YUNHO

No encontraba a Jaejoong en los principales lugares del palacio, solo me quedaba un lugar por ver y era la habitación de las piscinas, encontré un guardia custodiando la puerta y al verme no dudó en darme paso a entrar.

Jaejoong estaba disfrutando del agua con una bella sonrisa adornando su rostro, en cuanto me vio salió del agua dándome su bella espalda mostrando su tentador trasero, lo cubrió con una bata color blanca transparente la cual se pegó a su silueta luciendo mucho más sensual y delicioso, esa imagen causó que mi polla se endureciera sin poder controlarla.

Tenía que hacerlo mío.

Le veo caminar hacia la habitación donde vestiría su traje. Pasé mi dedo por los labios porque mi mente se adelantaba a los hechos… ardía mi pasión por poseer su cuerpo y llenarlo de mí.

Cuando abrí la puerta de esa pequeña habitación Jaejoong estaba recostado sobre la pared removiendo con lentitud la bata y tocando con sus manos su cuello y pecho, también bajaba con lentitud sus manos a su abdomen y entrepierna aun dormida, sus ojos cerrados dejándose llevar por el placer de ser mirado mientras se acariciaba su propio cuerpo con deleite, lamí mis labios al ver tan erótica escena frente a mí

-Yun… ho -finalmente el pronuncia abriendo sus ojos para verme sin dejar de manosear su polla, volviéndose poco a poco más dura y vertical -mmmhhh -su rostro de placer, su mirada fija en mis ojos le estaba causando casi llegar al orgasmo por lo que dejó de tocarse antes de acabar.

Se quitó la bata por completo lanzándola cerca de mí regalándome una sonrisa de perversión absoluta, estaba babeando literalmente ante su caliente presentación, lo siguiente que hizo fue girar su cuerpo para darme el mejor ángulo de su trasero, esa curva de su espalda me estaba enloqueciendo y mi pene podía resaltar de entre mis pantalones, él lo notó y apretando con su mano una de sus nalgas me hablo en la voz más sexy que había escuchado alguna vez    

-¿Quieres… venir?

-un segundo -estaba sudando con mi traje de guardia aun vistiendo mi cuerpo, rápidamente me quito la ropa hasta quedar desnudo, Jaejoong abría con sus manos sus nalgas para provocarme una erección mucho más grande. Le iba a invadir sin piedad si seguía seduciéndome de esa manera.  

Deseaba enloquecerlo también y contrario a lo que él esperaba me arrodillé para darle besos en sus nalgas, dándoles golpes suaves que le hicieron reír… luego lamí su deliciosa entrada deteniendo mi lengua en todo su aro

-eso… oohh!!!.... -él no lo esperaba y sus manos se aferraron aun más a la pared -no pares… no pares Yunho… uuhhhh!!!.... uhhh!!! -chupaba, lamia y mojaba su entrada haciéndole gemir sin contenerse, en ese momento a él no le importaba ser decente, solamente emitir sonidos que revelaran su deleite de mis labios en su aro rosado -… Yunho… fóllame… -me levanté para pegar mi pene a su trasero tocando su pequeña cintura entre mis grandes manos. Pegué mis labios a su oreja para susurrarle   

-como ordenes…. Mi rey -introduje mi polla hasta el final sin ningún cuidado -UHHH!! estás tan húmedo…

-MMHHH!!! Y tú estás e…norme… -su voz era entrecortada.

Él mismo comenzó a moverse y me quedé quieto disfrutando de los movimientos circulares que Jaejoong hacia con mi polla dentro de él -me encanta… uuhhh!... hazlo Yunho… -sin perder esa invasión, me movía entrando y saliendo para responder a nuestro deseo de follar. Lamia su cuello al tiempo que aumentaba las embestidas -si… si… mmmhh!!… -enredé mis manos con las suyas apretando con fuerza sometiéndole a mi presión contra la pared

-Jaejoong… ¡¡eres perfecto!! -en este punto el sonido de mi golpe a su trasero era demasiado fuerte, cualquiera que estuviera cerca podía saber que estábamos teniendo sexo del mejor, ni siquiera bajar la voz estaba dentro de lo posible

-más… más… Yun… ho… -le penetré más profundo conociendo que pronto acabaría por correrme dentro de él, me detuve para hacerle girar, por nada del mundo me perdería de ver su rostro cuando le dejara toda mi semilla dentro de él.

Con fuerza le cargué sobre mí para continuar con la penetración en movimientos fuertes. Su rostro sudaba demasiado, su boca abierta gimiendo mi nombre, yo y solo yo

-adentro… -él jadeaba -córrete adentro

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-AAHHH…. MMHHhh… uufff… uhhh -dejé toda mi esencia con él.

Le bajé de mi cuerpo para atender su roja polla. Jaejoong no había terminado y me arrodillo para chupar su dura erección. Con mi mano le di masajes duros haciéndole correr de inmediato sobre mi boca, continué besando su polla para alargar su sensación de placer hasta que veo su rostro de satisfacción.

Estábamos muy cansados y el aire nos faltaba un poco. Tomamos nuestro tiempo antes de vestirnos y caminar hasta la habitación.

Allí nos dejamos caer sobre la cama abrazándonos y cruzando las piernas. Los besos suaves llegaron al igual que las miradas de ternura y cariño

-¿crees que hicimos un bebe? -Jaejoong me pregunta

-no, creo que hicimos dos -le hice sonreír y más se pego a mi pecho

-Yunho… ¿vas a usar el anillo?

-no lo sé -Jaejoong se sube a mi cuerpo para darme golpes suaves -¡Eres mío Yunho! ¡no estás disponible para nadie más!

-¡está bien! ¡está bien! Voy a usar ese anillo… ven aquí -le traje de regreso a mi lado en la cama -vamos a dormir     

YOOCHUN

El coche se detuvo en la entrada principal del palacio del norte, no fue ninguna sorpresa que Hani fuera la primera en recibirme mostrándose bella y sonriente. De inmediato pregunté por mi padre y el rostro de la cortesana me causó un poco de preocupación

-¿Por qué no dices nada? -luego de esto me fui caminando apresurado a la habitación principal, sin avisar primero abrí la puerta y veo a mi padre ser atendido por un medico que escuchaba su corazón -¡Padre! -su rostro no se mostraba como alguien sano. Mi corazón se detuvo por un instante logrando comprender que sucedía

-su condición parece no mejorar -agrega el doctor -debe estar en reposo en los próximos días, esperamos que tu presencia aquí mejore su ánimo

-entiendo -el doctor se fue y miré a mi padre quien trataba de sonreír a pesar de reflejar dolor en su rostro

-Yoochun… me alegra mucho verte

-dime que te recuperaras, tienes muchas cosas que enseñarme, nunca me dijiste que estabas enfermo

-estabas en tus primeros meses de casado… son los mejores momentos -él me hizo sonreír a pesar de todo -¿eres feliz?

-lo soy

-Jaejoong… ¿está embarazado?

-aun no

-he escuchado que eres muy buen rey del sur, me haces sentir muy orgulloso

-gracias padre, eres tú quien me enseño -le di un abrazo y toqué sus manos para trasmitirle el cariño y el respeto que tenía por él. La puerta sonó y di la autorización de pasar. Se trataba de una esclava trayendo el té para mi padre que le ayudaría a dormir. Me despedí de él para que descansara y yo también decidí ir a mi habitación para pensar sobre esta situación que no era nada esperada.

Desde lejos escuchaba unos sonidos extraños, gritos con golpes tal vez y provenían de la recamara asignada para mí, abrí y la puerta y mis ojos no daban crédito de ver a Hani y a Junsu peleando cuerpo a cuerpo… Junsu le halaba el cabello a Hani mientras esta le daba golpes en el estómago de Junsu acompañado de palabras ofensivas  

-¡Suficiente! -grité con demasiado enojo. Ellos se detuvieron y tomé el brazo de Hani para sacarla de la habitación -ve a tu habitación -ella no tuvo nada que refutar. Al cerrar la puerta Junsu quiso tratar de explicar pero mi mirada le hizo comprender que era mejor quedarse en silencio -quédate aquí

-¿A dónde vas?  

-necesito tener paz -me fui de allí para buscar los jardines del palacio, teníamos otra pequeña habitación para huéspedes que se encontraba sola y necesitaba tener silencio.