Capitulo 10

---El Destino Responde---

***8 MESES DESPUES***

-¿Cuál es su petición señor? –me pregunta la esclava ingresando a mi habitacion donde escogía la ropa que usaría luego de ese relajante baño

-hoy iré a buscar a Dong Hae a la escuela, dile al cochero que no se vaya sin mi –ella asiente y selecciono el pantalón negro con mi camisa blanca y saco amarillo pálido.    

Ingresé al coche para iniciar el recorrido hacia el centro de la ciudad donde enseñaban a mi hijo a ser una persona de bien. Él estaba creciendo con buena educación y seguramente eso enorgullecería a Yunho… mi Yunho… él aun seguía en la guerra pero siempre pensando en nosotros. Eso lo expresaba en sus cartas y la ultima que recibí había sido un mes atrás.

Salí del coche para caminar hacia la entrada del colegio. Dong Hae estaba esperando por la esclava y su carita se muestra muy feliz en cuanto me ve, corre hacia mí y le cargo robándole muchos besos

-omma vamos al parque –yo asentí y entregué sus implementos de estudio al cochero. Le pedí que se estacionara no muy lejos para irme a caminar con mi hijo en busca de sus juegos favoritos.

Me concentraba en escucharle hablar y cantar mientras caminábamos que no me percaté cuando un hombre obeso se ubica frente a mi enseñándome una navaja en su mano derecha dispuesto a hacerme daño

-¡dame dinero maldito noble! –di un paso atrás con el pequeño en mi espalda para protegerlo pero otro hombre igual de desagradable aparece quitándome a Dong Hae

-¡ommaaa! –fue su grito de miedo. Me giré para verlo y corrí para liberarlo

-¡déjalo ir! ¡déjalo ir!

-¡Que nos des dinero! –me recordó el primer hombre y busque entre mis bolsillos pero solo tenía dos monedas de oro

-¡eres un idiota! –el hombre se enoja dándome una bofetada y yo reaccioné devolviéndole un golpe pero al escuchar la frase “Tu hijo muere” me quedé congelado

-no le hagas nada por favor –me obligaron a arrodillarme para suplicar por la liberación de mi pequeño quien lloraba a mares asustado. Golpearon mi cabeza fuerte haciéndome caer al suelo pero luchando con mi interior no me desmayé para proteger a mi hijo. Le vi a él correr hacia mí para abrazarlo y a esos hombres caer al suelo por alguien que les estaba pegando en sus caras y estómagos

-¡lárguense de aquí! –les gritó el hombre que me defendió haciéndoles correr. Toqué el rostro de Dong Hae preguntando si estaba bien y él decía que si. Me levanté como pude con un poco de mareo pero ese hombre me sostuvo del brazo para que recuperara mi equilibrio

-muchas gracias por su… -me quedé en silencio reconociendo ese rostro atractivo de niño malo y ojos asimétricos grandes regalándome una sonrisa  

-¿Jaejoong?

-Changmin… ¿eres tú?… no lo puedo creer… tu… -fui atrapado en un abrazo cálido bastante extraño

-pensé que no te volvería a ver –Changmin mira a mi pequeño -¿tienes un hijo? ¿Te casaste? –yo me quedé aun congelado observándolo ahora más maduro, quizás más alto que la ultima vez y más guapo a simple vista -¿Qué pasa? –me hace regresar

-¿Quieres ir a mi casa? Creo que tenemos muchas cosas que decir

-te llevaría en mi coche pero hoy no lo he traído –él explica

-yo traje el mío, sígueme –yo cargué a mi hijo para sentirlo más cercano a mi recibiendo la mirada de Changmin acompañado de una sonrisa de emoción por haberme salvado a mí.

*****

En la sala de estar le ofrecí asiento a Changmin mientras yo me ubiqué en su frente. Las bebidas calientes fueron servidas y probamos al tiempo

-es una casa muy bonita –él agrega observando el lugar –y... ¿tú esposo?

-él está en la guerra –Changmin hace gesto de dolor comprendiendo mis sentimientos en el momento –partió hace meses y espero por su regreso, Dong Hae también lo extraña  –sonreí –le conocí cuando perdió a sus padres y decidimos adoptarlo. Si algo le hubiera pasado…

-no hay nada que lamentar –fue lo que contestó Changmin descansando sus manos en las piernas para inclinarse hacia el frente. Me daba una vista completa de su rostro ahora queriendo tranquilizarme –todo está bien ahora –me ofreció su mano para trasmitirme ese apoyo, me percaté de un encuentro de miradas fuerte entre nosotros y decidí soltar mi mano de inmediato

-y… ¿Qué pasó con… Junsu? ¿Era ese su nombre? –recordé al esclavo que fue su primer amor y por quien me cambio años atrás. Changmin se recuesta al sillón mirando hacia su lado izquierdo, no parecían buenas noticias

-él murió para mí –responde con voz dolida –mi peor error fue dejarte para seguirlo

-¿no funcionó? –me embargaba la curiosidad de conocer más  

-se casó con ese Park Yoochun, es demasiado rico comparado conmigo

-¿Yoo… chun? El mismo de…

-sí, ese mismo –no me dejó terminar, él fue mi pretendiente y a quien Yunho detestaba por llenarse de celos. Hacia memoria y recordé verlo con un pelirrojo que se me hacia conocido, pero nunca creí que sería Junsu

-No lo sabía. Dong Soo nunca lo comentó en las cartas que compartimos –Changmin se levanta del sillón y yo le imito imaginando que ya se iría de mi casa

-no quiero saber más de Junsu –yo asentí -¿podría venir mañana?      

-sí, claro que si

-hasta… entonces –él camina en dirección a la puerta principal pero regresa unos pasos donde estoy para tomar mi mano y darle un beso en los nudos. Reacción que nunca esperé y que lo supo juzgando mis ojos abiertos –que descanses –tras estas palabras se fue dejándome anonadado y confundido pero no prestaría atención a eso.

*****

     

-he traído su té –dice la esclava ingresando por la puerta de la biblioteca donde analizaba datos de los viñedos, ahora yo me encargaba de la economía de la casa y debía estar cuidando cada cifra. La mujer traía una sonrisa en su rostro que de cierta forma me molestó  

-¿pasa algo? –ella supo que notaba su alegría

-hay un joven que se ha ofrecido a domar los caballos y es… tan guapo –ella lo dice naturalmente

-¡¿Qué?! –yo me levanté de la silla caminando hacia nuestro campo cercado para caballos. Habían alrededor de tres esclavas muy concentradas mirando hacia el centro donde un hombre movía su mano haciendo que los animales corrieran a su alrededor

-waah –escuché a una ­–parece un príncipe –dice la segunda –su cuerpo –dice la tercera

-¿no tienen trabajo que hacer? –las tres chicas se giraron para verme completamente avergonzadas y bajan su cabeza para que las perdone. Se van de inmediato al interior de la casa dejándome ver con claridad a Changmin usando una camisa blanca mangas medias y abierta mostrando su torso bien marcado teniendo el control sobre los equinos sonriendo tan hermosamente que incluso mis ojos se quedaron hipnotizados.

Él me observa deteniendo sus movimientos. Se quedó mirándome con una sonrisa que me contagia sin evitarlo. Se acerca dejando a los caballos dentro del campo. No ha perdido ese porte y elegancia que me gustaba verle años atrás, aun cuando su pelo estaba despeinado, su pecho algo sudoroso y su pantalón más debajo de su ombligo permitiendo ver la delicia de cuerpo en él, la vista era fascinante

-lamento no avisar que estaba aquí

-has desconcentrado a mis esclavas, realmente eso es de muy mala educación –agregué con rostro serio

-¿escondiendo tus sentimientos en otras personas? –yo creía no interpretar bien su pregunta –para ser honesto ese era mi objetivo –Changmin se me acerca mucho –volverte loco a ti

-pero que dices… -yo me sentía incomodo

-¿hace cuanto no te aman? –Yo me confundía más con sus palabras -¿recuerdas como dar un beso? –Changmin se unía más a mi cuerpo elevando mi temperatura inexplicablemente –me gustas Jaejoong. Estás más hermoso que antes

-¿Por qué… -él me calla con un sonido emitido de sus labios y su dedo índice en la mitad

-quiero estar a tu lado, en verdad me gustas –sus manos tocaron mi rostro para cargarlo quizás con intención de besarme y le aparto con un empujón

-¡Yo estoy casado! mi esposo regresará y no le seré infiel

-pero no sabes cuándo regresará –Changmin responde muy calmado –solo déjame acompañarte en su ausencia. Quiero protegerte

-no necesito tu… -él me hala por mis brazos hasta su pecho

-¿lo olvidaste? ¿Olvidaste como nos volvimos a ver? Ni siquiera sabía que eras tú, solo pasaba por ese lugar y encontré a esos bandidos… es nuestro destino

-claro que no. Mi amor es de Yunho

-solo... déjame cuidarte –su voz sonaba tan sincera que me confundía aun más. Él era consciente de mi situación, de mi momento de soledad y no quería que se aprovechara de eso

-no…

-no te tocaré si a eso le temes –me quedé en silencio admirando su rostro, si que estaba muy atractivo y sexy, pero porque pensaba en eso tan rápido. Solo ha pasado un día desde que le vi

-por favor vístete –le dije estableciendo distancia prudente para girarme y regresar a mi biblioteca

-¡si me gustaría cenar! –le escuché gritarme haciéndome reír de su auto invitación para la noche  

***1 MES DESPUES***

Ni siquiera entiendo por qué le he permitido a Changmin vivir en mi casa. Es verdad que me da una protección casi parecida a la de Yunho, él es fuerte, de carácter dominante y adora a Dong Hae pero de cierta forma me preocupo por mis sentimientos.

A Changmin le encantan los caballos y sin ser consciente de mis movimientos me encuentro camino a las caballerizas. Algo me empujaba hacia allá, no solo era ver los equinos si no a alguien que se convertía en una necesidad de escuchar

-¿me estabas buscando? –él aparece detrás de mí dándome un abrazo y quise soltarme pero su amarre es tan acogedor  

-dijiste que no me tocarías –le recordé siendo girado para quedar frente a Changmin quien pasados dos segundos me acorraló a una puerta de madera encerrándome en sus brazos sin poder mirar más que su rostro más alto que él mío por centímetros. 

Tragué en seco controlando cierto temor que me erizó todo el cuerpo

-si lo dije –él se me acerca tanto que podía sentir su respiración –pero no lo prometí –sus labios a poca lejanía de los míos se sentía una locura –no sabes cómo deseo besarte

-…no… -era muy obvio que eso pasaría entre los dos. Ese beso estaba siendo guardado desde hace tiempo, él jugaba a recordarme la soledad que vivía, la ausencia de caricias, de amor que nunca me falto al lado de Yunho.      

Para que negar mis ganas, mientras su mano hace presión en mi cintura con delicadeza yo me envolví en su cuello degustando esa boca experta en movimientos de lengua. Él es muy bueno en la cama y sí que lo recordaba cuando íbamos a casarnos. Todas esas noches de pasión que vivimos con intensidad aunque siempre recordara a Yunho, esta vez no es diferente.

Como una caída mientras dormimos recordé a mi esposo. Me detuve y le vi a sus ojos asombrado de mi reacción

-lo siento, no puedo –di unos pasos sin imaginar que Changmin me seguiría y me haría girar para unir nuestros labios de nuevo. Soy un estúpido por responderle  mientras caminábamos, en mi caso hacia atrás siendo guiado por él

-nadie te juzgará, nadie lo hará, yo te entiendo –nos quedamos de pie mirando fijamente a los ojos. Yo quería llorar, me sentía la persona más traidora del mundo y acto seguido Changmin me abraza acurrucándome fuerte con sus amplios brazos. Me quedé así por unos minutos hasta que calmé mis pensamientos. Sentí un beso suave en mi frente y unas palabras diciendo que me acompañarían a casa.            

A través de las ventanas de la mansión identifiqué unos recaudadores de impuesto gritando a mis servidores. Me apresuré en llegar saludando a esas personas

-necesitamos el dinero –comentó uno de los hombres trabajadores del gobierno

-les he pedido cinco días y eso aun no se cumple –respondí enojado –es mucho dinero –Changmin les observaba con detalle

-esperamos que no se olvide de su obligación –eso sonó como una amenaza

-un momento –Changmin les detiene de su camino a salir de la mansión –¿De qué impuesto hablan?

-impuesto de la tierra –agrega uno de los hombres

-¿Por qué nunca lo he escuchado? –no entendía el punto de mi acompañante

-porque… porque es un impuesto nuevo –Changmin no les creía y temía que me multaran por ser imprudente con los recaudadores

-enséñenme la declaración firmada por el gobierno –les reta Changmin

-¡¿eh?! –esos hombres ahora lucían asustados –ahh… la decla… racion… si…

-tengo la sensación de que han engañado a mi esposo solicitando un impuesto que no existe -¿yo era su esposo? ¿Él había dicho eso? –¿Creen que porque está solo le engañaran? ¡No existe tal recaudo! Y ¡No les daremos nada! –les grita Changmin haciendo temblar a los hombres

-pero…

-si escucho que vuelven con esas amenazas les denunciaré con el gobierno y seguramente no les gustará saber que están obteniendo el dinero de los nobles

-nos vamos –dice el que parecía ser el líder demostrándome que en realidad estaban mintiéndome y que entregaría mi dinero a esos estafadores. Yo me mostraba atónito boquiabierto por haber sido tan ingenuo   

-ahora menos quiero dejarte solo –agrega Changmin mirándome con mucho deseo de regañarme pero se contiene de hacerlo

-gracias –fue lo que pude decir

-ve a descansar –yo asentí para ir a mi habitacion donde en una cama pequeña dormía Dong Hae. Le observaba sonriendo de amor por ese niño hermoso. Un hijo cuyo padre es Yunho, quien a su vez es mi esposo y que extrañaba demasiado. Le necesitaba a mi lado pronto pero poco a poco perdía la esperanza de que regresara a casa.   

Le di un beso a mi hijo en la mejilla para acostarme en mi cama observando ese espacio vacío que añoraba tenerlo cargando su cuerpo para abrazarlo y usarlo de almohada. Cerré mis ojos y me quedé dormido esperando soñar con él.  

*****

-¿Por qué no vamos? –me pregunta Changmin mostrándome la invitación a los nobles de la ciudad para celebrar la donación de una enorme biblioteca hecha por la familia más adinerada de la ciudad. Leí varias veces el anuncio y le contesté

-no creo que sea prudente

-Porqué estás casado –concluye rápidamente mi acompañante y yo asentí sutilmente, estaba apenado por esa respuesta, me hacía sentir culpable  

-¿alguno de ellos conoce a Yunho? –yo iba a responder pero la mirada de Changmin me pedia que analizara bien la respuesta antes de comentarla. Yunho y yo no éramos muy aficionados a los eventos públicos. Generalmente nos quedábamos en casa para disfrutar del amor -¿lo ves? –Changmin es muy astuto y siempre aprovecha las oportunidades   

-pero… -en dos pasos ya estaba frente a mi acobardándome como siempre

-¿Qué te parece una cita?

-ehh?!!!

-haremos un poco de vida social, tomaremos buen vino, nos reiremos de las personas, comeremos deliciosos manjares y no será por mucho tiempo ¿Qué dices? –yo le miraba resistiendo esa expresión de niño consentido pidiendo su dulce favorito. Suspire como pérdida a esa batalla y acepté salir a esa reunión de nobles.

Mi brazo era sostenido por el de Changmin desde que hicimos presencia en la gran plaza frente a la biblioteca que inauguraron los nobles, lucíamos los mejores trajes y sonrisas frente a los demás

-bebidas por aquí –pronuncia mi acompañante al esclavo que caminaba con las bandejas llenas de copas con vino blanco. Me entregó una e hicimos un pequeño brindis por el reencuentro

-estás hermoso hoy –me dice con esa honestidad más allá de la normal –cuando desees irte, solo pídelo, estoy dispuesto a cumplir tu voluntad esta noche –yo hice una expresión de sorpresa sintiendo una conexión intensa con su mirada. Él es tan coqueto que de no ser por Yunho ya hubiera caído a sus palabras –definitivamente estás muy bello. Quisiera mirarte por horas para que no te pueda olvidar fácilmente

-¡Changmin! –estábamos riendo casi que sintiendo el mundo solo de nosotros hasta que alguien se nos acerca quedando en la mitad y tuvimos que dedicarle atención. Era un joven pelirrojo que no tardamos en identificarlo, la mirada de Changmin era de enojo, de odio, pero aun así él lo quería y eso partió mi corazón como si nosotros tuviéramos un amor profundo

-¿podemos hablar? –le pregunta Junsu y yo quería ponerme en medio de los dos, quería decirle a Changmin que se quedara conmigo, que era yo quien le gustaba ahora. Quería que no sucediera nada pero cuando logro reaccionar ellos se habían ido hacia otro lugar. Changmin le sostenía de la mano y yo me quedé allí limpiando una lágrima de mi ojo. ¿Por qué me dolía tanto?

El tiempo pasó y si reconocía que le estaba esperando, daba vueltas cortas de un lado hacia otro queriendo ver la silueta alta de Changmin pero él no estaba cerca. Mis ojos buscaban con desespero pero tal vez ese par habrían tenido una reconciliación y grité furioso por imaginar que esos estarían muy amorosos. Fui hasta mi carruaje para decirle al cochero que me regresara a casa.

En cuanto cruce la puerta principal de la mansion, mi servidora de confianza me esperaba despierta. Su rostro era serio y de inmediato pensé en Dong Hae

-¿Por qué me estas esperando? Dong Hae…

-él está dormido señor, pero… le ha llegado una carta –yo me apresuré a arrebatársela de las manos

-¡Es de mi Yunho! ¡Mi amor! –Yo la miraba con desespero buscando la dedicación que siempre traía una cara del sobre pero solo decía mi nombre “Sr. Jung Jaejoong” –pero… es… es una notificación –yo dije mirando a la mujer –no… no… -abrí el sobre con mis manos temblorosas y leí la primera parte sintiendo un mareo ligero que me hizo caer al suelo

-¡Sr. Jaejoong responda! ¡¡¡¡Señor!!! –cerré mis ojos y no supe más.