Capitulo 17

 Grave Malentendido  

-tengo dolor de cabeza –pronuncié despertando con Junsu a mi lado trayéndome comida

-tomaste mucho anoche con Yunho

-¿Por qué quisiste que regresáramos tan rápido? No recuerdo mucho

-ehh… por Minho

-¿está dormido? –él asiente y me acompaña mientras desayunaba

-mi madre nos invitó a cenar hoy, quiere ver a Minho de nuevo –él asintió –pero… debo ir con el ministro de guerra primero ¿podrías llegar solo a casa de mi madre?   

-no hay problema –me dirigí al cuarto de baño y me preparé para mi reunión, de eso dependía mi nuevo empleo en la villa.

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Mi presencia realmente les agrado a todos en la mesa de negociación, fui aceptado el mismo día de la reunión y empezaría a trabajar de nuevo como preparador de artes marciales a los guardias novatos. Junsu celebraría esta noticia conmigo, todo me está saliendo bien. 

Era algo tarde cuando terminé la reunión y caminé directo a casa donde me vería con mi esposo, él no había llegado aun e iba a caminar por los alrededores de mi antigua vivienda cuando una mujer vestida de giseng se me acerca

-no estoy interesado, gracias –le rechace los servicios de la mujer pero ella insistía, me fijé que ocultaba su rostro y entonces quise ver si la conocía

-¡¿Jessica?! –no sé porque reaccioné ante la situación y la llevé de la mano hasta mi casa y me ubiqué en la habitación de los implementos de limpieza

-pero… ¿tú qué haces aquí? –ella se quita su sombrero y mis ojos la ven hermosa, me quedé admirado, estaba igual que la última vez que la vi

-ayer me casé –me confesó sonriendo -Mi esposo tuvo una urgencia de su trabajo y me ha dejado sola en nuestra casa, recordé que aquí vivías y pensé que te encontraría

-no puedo creer que… ¡Eres tú!

-estás muy guapo Yoochun, es una lástima que no me haya casado contigo

-ehh?… -no pensé que estuviese escuchándola hablar y mucho menos decir esas cosas. Ella se me acerca y ubica sus manos en mi cuello

-¿aun crees que soy hermosa? Eso me decías todo el tiempo

-Jessica… no… -trague saliva, no entendía que pasaba

-quiero besarte Yoochun

-¿Qué? –esa mujer une su labio al mío pero no pude cerrar mis ojos, aun estaba impresionado, asimilando que ella estaba frente a mi

-bésame chunnie –ella me susurra y caí en su juego. La estaba besando, estaba probando sus labios hasta que recordé mi familia, mi hijo y mi Junsu

-¡no! Jessica soy casado y amo a mi esposo

-pero… ¡Es un hombre! ¿Crees que te hará sentir lo mismo que yo?

-yo lo amo a él, lo siento –la separo delicadamente de mi y le pido que regrese a su casa pero ella insiste en besarme y hace que caigamos sobre el suelo, la cargaba sobre mi pecho y sus besos esta vez eran pro mi cuello, mis ojos se cerraban pero no podía seguir con eso, no quiero traicionar a Junsu

-Jes…si…ca –ella me tocaba mi sexualidad y empezaba a encenderme -¡no! –reuní fuerzas y me aferré a la imagen de Junsu y logro separarla de mi, colocándome de pie. La miré sin poder hablar

-me quedaré a vivir en la villa, si me necesitas no dudes en buscarme –salimos de la habitación del aseo y ella se adelanta. Le veo marcharse completamente confundido. ¡Mi esposo! Le recordé e ingreso a la sala de la casa, ahí estaban jugando con nuestro bebe pero no vi a Junsu por ningún lado. Le busqué y estaba en la cocina tomando un poco de agua

-Junsu –le abracé asegurándome de que le amo a él

-amor, ¿Qué sucede?

-te amo, te amo, te amo, te amo –él no me entendía y no le iba a explicar, como pude ser tan blando hace unos minutos. Él es mi vida y nadie me va a hacer dudar de mis sentimientos y de la persona que adoro.

Nos acercamos a los demás familiares que estaban felices observando a Minho reírse todo el tiempo y Dae Na aparece, luego de haber regresado a Jaejoong a su familia principal, ella decía que era su primo favorito y no dudó en visitarme en cuanto supo que había regresado de la capital.    

-¡primo! –se me lanza al pecho y la abrazo fuerte

-pensé que te vería ayer

-estuve en una boda –tenía un mal presentimiento -¿recuerdas a Jessica? Se casó con Siwon -shi

-no, no recuerdo –quería que dejara de hablar de ella y traté de no mostrar importancia    

-la chica que te gustaba tanto, por la que peleaste con Yunho ¿no recuerdas? –Junsu pareció escuchar bien y me mira esperando mi reacción pero no dije nada

-¿dijiste Jessica? –mi esposo pregunta a Dae Na y ella se percata que fue imprudente

-¡omo! ¿Tú… eres Junsu? –él sonríe y asiente

-así que está aquí, en la villa, pensé que no sabían que había pasado con ella –él me mira y Dae Na se excusa dejándome a solas con él

-¿tú la has visto?

-¡NO! –Traté de calmarme -¿Cómo crees? Solo supe que se casó y se ha venido a vivir aquí, pero no tienes de que preocuparte –le atraigo a mi pecho

-ayer… tu… ¡olvídalo! Si dices que no debo preocuparme, está bien –le beso la mejilla y luego la comisura de sus labios –las horas pasaron y era momento de regresar a nuestra casa. Esa noche quise ser muy cariñoso con él y le amé sobre muchos cojines.

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Mi madre se ofreció a cuidar de nuestro pequeño mientras fuimos de compras, aun faltaban cosas para completar nuestra casa. Le llevé de la mano todo el tiempo hasta que me quedé mirando una tienda de jarrones muy finos y él fue con los libros

-¡Yoochun! ¡Yoochun! –me giré y era Jessica oculta bajo un vestido de giseng, se me lanza al pecho y Junsu gira su mirada a donde yo estaba

-¡suéltame! –Le dije inmediatamente y la separé de mí pero la mujer insiste y me vuelve a abrazar –mi esposo viendo la escena no se aguanta más y se acerca por detrás de la mujer

-No he olvidado tu beso –Junsu escuchó cuando ella dijo eso y se quedó congelado

-No –logré pronunciar mirando a Junsu

–Yoochun ese día fui muy feliz, llévame contigo –mi esposo se gira para caminar alejándose y de nuevo separo a la mujer de mi cuerpo tomándola por los hombros para que mi petición fuese mucho más seria  

-¡te dije que estoy casado!

-yo también pero aun así podemos escapar

-ya no me interesas, ¡no me busques de nuevo! –quería que le quedara claro. Junsu habría caminado lo suficiente y empiezo a buscarlo, corría por todas las calles y no lo encontraba, cerca de allí quedaba un riachuelo y se me ocurrió que estaría allí, entré un poco en el bosque y le vi sentado sobre una piedra. Estaba de espaldas a mí así que no me vio llegar. Me quedé observando su espalda y le vi llevar su mano a su rostro secando sus lágrimas, odiaba verlo así y por mi culpa mucho más

-¡Junsu! –le llamé para no asustarlo si me acercaba demasiado. Él se levanta y camina alejándose del lugar y le seguí de nuevo, esta vez no le iba a perder de vista

-¡no me sigas! –le escuché pero le ignoré. Caminé con él hasta que se dejó caer sobre una silla de madera a pocas calles antes de llegar a casa. Me senté a su lado

-ese día en casa de Yunho, ustedes hablaron de esa mujer, ella es tu primer amor y escuché todas las locuras que hiciste por ella. Nunca pensé que ella pudiera aparecer…

-yo te amo a ti

-¡el primer amor no se olvida! Quizás al verla has recordado todo y no quiero que estés conmigo por compromiso

-¿de qué estás hablando? Yo no tengo dudas de mi amor por ti –con mi mano le obligo a que su rostro me mire y él bajaba la mirada

-no quiero sufrir

-pero… solo estás exagerando las cosas –le iba a besar pero se levanta y me pide que le deje aclarar sus ideas, fuimos a casa y odiaba estar separado de mi esposo.

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Nunca esperé que al regresar de mi primer día de trabajo en la villa, mi esposo no esperara por mí para preguntarme como me fue, ni mucho menos que sus atenciones fuesen frías y que me ignorara todo el tiempo

-Junsu ¿podemos hablar?

-no quiero

-¿Por qué te has enojado aun más conmigo? Pensé que con los días tu molestia se pasaría

-porque… me amas a mi pero basta con que esa mujer apareciera y te olvidaras de todo lo nuestro

-no… no comprendo

-recuerda bien lo que hiciste. No quiero hablarte más

 -pero… -él se encierra en la habitación de Minho donde dormía desde hace días por evitar mi cercanía.  

Ha pasado una semana y Junsu no cambia su actitud hacia mí, me desespero de esta situación. Él no me habla sobre el tema y no quiero obligarle, pero sé que explotaré en algún momento

-Junsu te extraño –le dije mientras él buscaba unas cobijas para dormir en la habitación de Minho y le abrazo por detrás dándole un beso en la nuca –no tengo nada con esa mujer, he estado en casa todos los días, ¿no lo has notado? duerme conmigo esta noche –él se gira y me mira a los ojos

-todavía no puedo, lo siento

-muy bien, esperaré el tiempo que quieras. No me iré de tu vida –le di un beso en la boca y aunque fue frio, era el primer acercamiento que me permitía luego de una semana.

 

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Llegue a casa esa noche, se me hizo algo tarde, pero ya estaba acostumbrado a que Junsu no me esperara despierto, esta vez me sorprendí de verlo en la puerta de la casa. En cuanto me bajé del caballo él corre hacia mis brazos y le atrapo fuerte respondiendo a su necesidad

-¿Qué pasa?

-Minho se enfermó esta tarde y le llevé al hospital, ya está mejor pero… me asusté mucho –él se unía mucho más a mi pecho

-¿Por qué no me dijiste? ¿Dónde está?

-en su habitación dormido –él se separa para mirar mi rostro -Está bien… ya pasó lo malo –le vuelvo a abrazar y él me regala su mirada de nuevo -Perdóname Yoochun, la verdad te necesito… Yo… voy a olvidar que dormiste con esa mujer, ya no me importa, solo quiero que estés conmigo siempre

-¡¿Qué?! ¡¿Qué yo qué?!

-que estuviste con esa mujer, eso era lo que hacía que mi corazón doliera

-pero… ¿Quién te dijo eso? ¡No es cierto!

-ella vino a casa a decirme eso –mis oídos no daban crédito a las palabras de mi esposo, Jessica se atrevió a pisar mi casa y a decirle mentiras para dañar mi familia

-jamás dormí con ella. ¡Es una mentirosa!

-¿de verdad? Nunca…

-todo esto ha sido un malentendido, debes creer en mí, no me interesa dormir con nadie más. Solo tú me importas –sus ojos me miraban aguándose al minuto

-entonces, perdóname por ser tan tonto –le abrazo de nuevo y le pido que entremos a casa, quería ver a Minho y él aun seguía dormido

-es un alivio que todo haya pasado, vamos a descansar

-pero, quiero dormir aquí esta noche, él podría despertar y…

-entonces yo también dormiré aquí contigo. A tu lado –Junsu me regala su sonrisa y no me aguanté darle un beso corto que finalmente me correspondió.

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Yunho me acompañaba a tomar unas tazas de agua fermentada, hablamos de lo felices que éramos cada uno con nuestras parejas y de las miles de peleas que tuvimos cuando aun éramos jóvenes. Brindamos y reíamos a carcajadas, ahora éramos buenos amigos   

-hya!!! Yoochun-shi –me llama Siwon-shi algo borracho -¡eres un bastardo! Yunho quiso defenderme pero le pedí que dejara que Siwon me tomara por la tela que cubría mis hombros

-¡has creído en mis palabras! No tengo porque mentirte

-Jessica no puede ser así –él me reclamaba

-es una infame, quiso meterse en mi vida. Deberías darle una lección

-¿Qué puedo hacer? –él me suelta y lleva sus manos a su rostro -Yo le doy todo lo que me pide

-quítale los lujo y no le des libertad, hazlo por un tiempo y ella aprenderá a respetarte como su esposo que eres

-¿tú crees? 

-no te dejes convencer de sus palabras, podrías arrepentirte después –miré a mi primo y él sabía que me refería a nuestra relación que se vio afectada por ella –ve a casa Siwon-shi, no mereces sufrir así –el borracho asiente y me hace caso, paga la cuenta y sale del lugar.       

-¿Jessica? –Yunho no conocía de la situación y le conté todo lo que había pasado y él se reía

-¡es una mujer mala! Primero quiso enredarme a mí, pero no lo logró. ¿Crear malentendidos en tu familia? No sé que le vimos a ella pero… creo que ya no le irá muy bien

-por nuestra felicidad sin tropiezos

-¡Salud!