Capitulo 13

Amar puede doler

Capitulo 13

En la capital es donde mejor se estudia la medicina, es mucho más corto el tiempo y la preparación ha sido reconocida en toda la nación, por eso quise que mi esposo estudiara medicina aquí. Arreglé todo para que nos mudáramos a una casa solo para nosotros. Junsu estaba muy feliz conmigo y eso me llenaba más que el mismo dinero.

Esta noche le he hecho el amor dos veces y esa es la razón de su cansancio. Dormía como un ángel sobre la frazada y le arropé. Me quedé a observarlo sonriendo. Él es mi razón de vivir, no pensé depender tanto de una persona. Quizás él no sabe lo mucho que su existencia representa para mí. No pude resistirlo y le beso la mejilla. No me canso de él

-chunnie... quiero dormir -me reclama sin abrir sus ojitos -deja de mirarme y duerme

-¡¿Como sabes que te estoy mirando?! -él se une más a mi pecho como para que sintiera un poco de calor

-¿me dejarás dormir? ¿Sí? -él sabe que no puedo negarle nada. Me quedé así para que no sintiera mucho frío y sin querer mis ojos se cerraron y dormimos así otras horas más hasta que amaneció.

-¡Es tarde! -dice Junsu levantándose de la frazada con rapidez y corriendo hacia el cuarto de aseo. Estaba en su último año de medicina y ya podía trabajar en el hospital. A veces sentía celos porque su profesión le fascinaba, era muy responsable y aunque estuviese cansado salía conmigo cuando se lo pedía.

Yo me dediqué a preparar a los guardias del país en artes marciales, mis habilidades fueron reconocidas por el ministro de guerra y confiaba en mí para darme esa gran responsabilidad

-buen día -me dice la Señora Han, ella nos preparaba la comida y nos ayudaba con el orden de la casa. Ella me sirve un tazón de ramen

-¡gracias! -le dije con una gran sonrisa

-Junsu no comió nada –me comentó

-¡Ese tonto! -odiaba que no se alimentara bien -llévale comida al hospital -le ordené a la señora Han

-si señor

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Siempre esperaba que Junsu llegara a casa para dormir, no importaba si lo hacía muy tarde aunque él conociendo esto llegaba temprano

-¡Llegué! -gritó para que le escuchara y me lo encuentro en la sala dándole un beso de saludo, iba a hablarle pero él me seguía besando, parece que quería más de mí

-Jun...Su -traté de decirle pero me abrazó con mayor fuerza y nos acostamos sobre los cojines de la sala que usábamos para comer y generalmente los colocamos sobre una esquina, él estaba encima mío y me besaba el cuello

-...mmm... Junsu... ¿Qué pasa?

-quiero a mi esposo -sus palabras me causaban gracia, generalmente soy yo quien le enciende y cuando él lo hacía es porque quería pedirme algo

-dime... ¿Qué es esta vez? -él se detiene y me mira a los ojos

-nada. Solo que… hoy tuve un caso... -no era necesario más información. Cuando tenía esos días en que perdía a alguna persona él sentía mucha necesidad de hacerme saber cuánto me amaba. Nos sentamos y él comienza a reír

-¿Y ahora qué? -le pregunté

-quiero verte nervioso de nuevo

-Junsu... ¡No de nuevo! -él sonreía aun más

-fuiste muy adorable

-¡No más! -le grité y me fui a mi habitación

(Flashback)

-te amo Junsu

-yo a ti, Mi Caballero -era nuestra primera noche juntos. Él quiso estar bajo mis brazos y yo sobre él comencé a acariciarlo con mis labios. Tarde unos minutos considerables en los besos

-¿No me vas a desnudar? -me preguntó y con mis manos temblorosas retiro su hanbok. Estaba muy nervioso y él lo percibió. Nuestras manos se entrelazaron y él las sintió muy frías. No quería hacerlo mal. Quería darle mucho placer y me preocupé de no responderle como era.

Junsu fue quien me llevó todo el tiempo, él escogió el ritmo, las posiciones.

Cuando quise entrar en su cuerpo temía hacerle daño y él reía porque no me movía muy rápido, más bien con lentitud

-Chunnie... no te preocupes... Hazlo como desees -él me decía pero estaba muy concentrado pensando que si entraba por completo quizás podría hacerle sangrar

-lo...lo... siento -le dije. Yo no tenía experiencia con hombres, él era mi primera vez... ¡suficiente! No recordaré más, nuestra primera noche definitivamente no fue la mejor y prefiero olvidarla.

(Fin de flashback)

-no te pongas así -Junsu me abraza por detrás -solo quería molestar -Siento su boca rozar mi cuello y él sabe que me eriza la piel con esa forma de iniciarme, me habla con esa voz tan sensual y me dejo llevar de nuevo por sus besos esta vez en mi oreja y debajo de ella. Me giro para abrazarlo y besarle su cuello, es tan suave su piel, es inevitable que no deje marcas. Le desnudo para sentir su espalda y bajo hasta su trasero. Como me enloquece explorar sus nalgas tan duras, los besos exigen ser más profundos y nos tocamos la lengua, abría mi boca un poco más para abarcar la de Junsu completa. Chupaba su lengua y en ocasiones mordía sus labios.

Estamos desnudos sobre la frazada, estoy con Junsu bajo mi control y él me abre sus piernas para que estemos más cerca, sus manos cubren mi cuello y yo caliento nuestros cuerpos rozando nuestra sexualidad. En este punto mi esposo comienza a gemir bajo y yo juego con mi miembro a rozarlo con su entrada

-...ohhh... -hago la primera penetración y lentamente hago la segunda. Le acostumbraba a mi tamaño y Junsu me besaba con más ganas, comienzo a moverme con rapidez y mi esposo me tocaba la espalda sintiendo mi cuerpo entrando en él

-ohh!!! Chunnie -cada segundo aumenta mi excitación y mis ganas de entrar hasta el fondo. Ver su rostro lleno de placer me fascinaba, era por mí que él gemía.

Quería cambiar de posición, estar más cerca de mi esposo y le coloco de lado derecho, yo me ubico detrás de él y continuo con las embestidas, así me era posible besar su cuello y su boca, pero sobretodo también masajear su sexualidad. Le toco rápido mientras entraba y salía de él

-ohh... Chun... niiii... Voy a... mmm... ¡Ohhh! -mi esposo llegó a su orgasmo, mi mano fue bañada por su liquido y yo le coloco boca abajo para dar mis últimas entradas, rozar mi vientre con su trasero era demasiado excitante

-Junsu... Te a…mo... Ahhh!!! -me vine dentro de él y salí de inmediato para masajearme un poco y terminar de expulsar mi liquido. Él se quedó acostado respirando profundo y cerraba sus ojitos para descansar

Yo estaba boca arriba también respirando profundo. Mi esposo me quitaba toda la energía. Le miraba y él a mí, sonreíamos y él logra recuperarse un poco para acercarse a mi pecho. Le abrazo y le doy un beso en la frente

-¿Estás bien? -le pregunté y él asiente -vamos a dormir un poco -el asiente de nuevo y cubro su cuerpo con mi hanbok que estaba cerca para que no sintiera frío.

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-¡Es tarde!

-siempre dices lo mismo amor -le dije a Junsu quien se levantaba rápido de la frazada

-¡Es por tu culpa! –yo reía en voz alta

-¡tú lo quisiste anoche! –Él se bañó en pocos minutos y yo seguía acostado mientras él cambiaba sus ropas –me voy –él se agacha hasta donde estoy para darme el beso en la boca de despedida y le halo para que cayera encima mío

-pero… debo irme –él protesta, sin embargo le doy un beso apasionado y me responde por unos segundos

-que tengas lindo día –la sonrisa que me regala hace que todos los días de mi vida a su lado sean geniales, le suelto la cintura y se apresura en salir de casa.

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La señora Han nos deja preparada la cena y generalmente como solo, luego espero a mi esposo. Él me regaña si llega y no he comido. Tomé un baño de agua caliente y me relajé sobre la frazada en espera de Junsu, era tarde y parecía ser uno de esos días en los que tienen muchos pacientes. Me estaba venciendo el sueño cuando escucho la puerta deslizarse

-¡Junsu!

-hola –él retira su ropa y se coloca una más cómoda para luego acostarse a mi lado –estoy cansado –me dice –hubo muchos niños el día de hoy y sus padres estaban muy preocupados  

-no me gustan los niños

-lo sé –le pedí que se ubicara boca abajo y le hice unos masajes en la espalda. Solo fueron cinco minutos necesarios para que quedara profundamente dormido. Quise que se relajara más pero era mejor que durmiera.

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-¿a dónde vas? –le pregunté a mi esposo

-al hospital

-pero… es tu día de descanso

-ahh!!!... eh… si, pero ayer me pidieron que fuese por unas horas, yo no tardo –Junsu no sabe mentir, él me cuenta todo y no creo que haya olvidado mencionar eso último

-está bien. Te espero –no quise pedirle más información. Luego él me contará como ha sucedido antes.

Tal como él lo había mencionado, en un par de horas mi esposo estaba de regreso a casa

-¿Cómo te fue?

-bien

-¿ibas a tratar a un paciente?

-eh… no. Bueno… un compañero me pidió que le ayudara, es todo

-¿quieres comer? –él asiente y sirvo dos tazones para que disfrutáramos juntos    

El día se terminó y esperé que él me contara algo sobre su salida, no mencionó nada y la situación no deja de hacer que me preocupé. ¿Él me estará ocultando algo? Entre nosotros no hay secretos…

Desperté y no me di cuenta en qué momento Junsu ya había salido. Saludé a la señora Han y me sirve de inmediato la comida

-¿Junsu comió?

-no, pero llevo un poco de sopa

-¿Qué? –él nunca lleva nada

-si –ella me confirma –me pidió que le guardara un poco para llevar –es bueno que el joven se preocupe por comer –sonreí a la señora, pero pensaba en el fondo que su acción era muy extraña.  

De nuevo, Junsu no ha llegado temprano a casa, su comportamiento en los últimos días ha sido extraño, no he mencionado nada, no quiero que piense que controlo su vida y me conozco, sé que si no me habla explotaré. Necesito saber qué es lo que pasa…

He salido de mi trabajo e iré al hospital, no me gusta ir a molestarlo pero quiero estar tranquilo, algo me dice que debo pedirle que me tranquilice. Me iba acercando al lugar cuando veo a mi esposo caminar con otro doctor de forma muy cercana, no pensaré mal pero su forma de reírse y de estar feliz con él me hace sentir celos. Me calmé y me le acerco

-ohh!!! ¡Chunnie! –él se sorprende de verme

-hola –le regalo una sonrisa

-él es mi esposo –me presento con el otro doctor

-Yong Hwa –nos hacemos una venia y él nos deja solos a mi esposo y a mi

-¿pasa algo? No… no esperaba verte aquí

-nunca me habías hablado de él –me refería al doctor que lo acompañaba

-ahh… él… bueno es nuevo. Tiene pocos días –él me abraza para hacer que se me olvide el tema y lo logra

-vamos a salir esta noche –le pido mirándolo a su rostro con pocos centímetros de distancia del mío

-pero… esta noche no puedo

-¿mañana?

-ehh… estaré muy ocupado. Yo… lo siento

-¡¿Por qué me estas evitando estos últimos días?! –me alejo de él y sé que estoy explotando

-¡no es así! Solo que… he tenido cosas que hacer

-tú siempre aunque estuvieses ocupado salías conmigo

-lo sé pero… me necesitan en el hospital

-¡Junsu! –Le llama ese Yong Hwa y se nos acerca -¿me ayudas? Hay una emergencia –él me mira –Lo siento –mi esposo también me dedica una mirada

-en casa hablamos –me dice y se va. Mi corazón estaba sufriendo, podría ser que ya no le gustaba como antes, le esperaré en la noche y le diré todo lo que estoy sintiendo.

-¡amor! Chunnie… Holaaa!!

-Junsu… ¿estabas tomando? –él olía a agua fermentada, no estaba borracho pero si tomaba unas tasas más estaría perdido

-solo un poco –me dice sonriente y me abraza para besarme pero le alejo de mis brazos

-¿con quién estabas?

-ahh… era el cumpleaños de Yong Hwa-shi sólo bebí dos tasas

-¡¿Yong Hwa?! ¡¿Yong Hwa?! Es que… ¿él te gusta? No quisiste salir conmigo para estar con él, ¡yo soy tu esposo!

-pero… lo de hoy no fue planeado… Chunnie, ¡no seas celoso amor!

-Junsu vete a dormir –estaba muy molesto con su actitud, y quizás también sentía desconfianza de su amor, sus frecuentes salidas y que no me contara nada me estaban haciendo daño. Él dormía profundo y le miraba pensando en lo que él significa para mí, en los recuerdos que no puedo borrar. Junsu todavía debe amarme.

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Yo nunca cocino, no sé hacerlo. Hoy es el día de descanso de la señora Han y Junsu… él no estará en condiciones de prepararse nada para comer, haré mi intento por alimentarle

-¡Buen día! –Le dije en cuanto se levanto y pasó caminando por la cocina –te he preparado… ¿vas a salir? –le veo vestido y su rostro no estaba muy presentable

-ehh… si, el hospital…

-¿Qué harás en el hospital?

-hay alguien que… me necesita –estoy conteniendo mi rabia

-¿Quién?... ¿a quién vas a ver? –Él no me contesta nada y camina en dirección a la salida, le alcanzo y le tomo por el brazo para que girara y me viera a los ojos –vas a verte con ese Yong Hwa… ¿es el más importante que tu esposo?

-¡no es Yong Hwa! ¡No controles mi vida!

-¡¿me estás engañando con él?! ¡Contéstame!

-¿Cómo puedes pensar algo así? ¡Me has ofendido! ¡Suéltame! –él retira su brazo de mi amarre y sale de casa dejándome con mucha rabia y dolor.

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Han pasado tres días y aun estamos peleados. Temo cada día que esto se ponga peor. Lo amo demasiado y confieso que he llorado por su indiferencia. Perderlo es igual a perder mis ganas de vivir, solo dormimos juntos pero cada uno mira a lados distintos. No quiero seguir así, he decidido que esta tarde en cuanto termine mi trabajo iré al hospital a verle, le pediré que arreglemos nuestro enojo.

Estaba nervioso porque desconocía cómo reaccionará Junsu en cuanto me vea, pero si no doy el primer paso nada se solucionará

-hola –saludé a algunas personas -¿Kim Junsu…?

-él está en esa habitación –le agradecí a la persona y camino en dirección al lugar. Llegué frente a la puerta con la intención de anunciarme pero aun no me sentía preparado

-Holaaa!!! ¿Cómo estás? –Escuché la voz de mi esposo –te amo… ¿lo sabías? –él… ¿está diciendo que ama a alguien? -¡Eres muy lindo! Déjame abrazarte… -debo entrar, mi corazón se romperá pero debo saber la verdad. Sin pensarlo más deslizo la puerta de la habitación y veo a mi esposo con… ¡¿un niño?!

-¡Yoochun! –Su alegría se borra en cuanto me ve -¿Qué haces aquí? –Él deja el niño acostado en una frazada acomodada sobre una mesa y se une a mí para no hablar tan duro. Me quedé en silencio, no sabía que decir

-yo… te escuché hablar y pensé que… ¡estarías con tu amante!

-¿otra vez con lo mismo? ¡Sígueme! –él le pide a un ayudante que cuide del niño mientras fuimos a otra habitación para hablar en privado

-Yoochun… -él pensaba mucho antes de seguir hablando –hay algo que debes saber. Me enamoré de ese niño –él me señalaba la habitación anterior –quiero cuidarlo

-¡no me gustan los niños!

-lo sé

-entonces…

-sé que no te gustan los niños y por eso traté de no apegarme a ese pequeño pero enfermó y sentí la necesidad de venir a verlo, de estar seguro de su progreso. No quise hacerte dudar de mi nunca, pero… ese niño me necesita y… y yo a él. No quiero ocultar más esto. Le vengo a ver todos los días –yo le miraba sin poder articular palabra. No esperaba algo así -¡eres mi esposo, apóyame en esto!

-¡no!

-te lo ruego Yoochun, déjame llevarlo a casa. Yo le cuidaré, tú no tienes que hacer nada por él

-¡no me gustan los niños! –me fui de la habitación y llegué a casa. Tomé un baño de agua caliente y pensé en el deseo de Junsu, siempre le complacía en todo. Pero esta vez, todo era diferente. Él me había ocultado ese niño por mucho tiempo y por culpa de eso sufrí hasta el punto de llorar en silencio. Salí de la cubeta de agua y me sequé para usar ropas más cómodas y dormir en la frazada.

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Desperté y el espacio de Junsu estaba intacto, él no había llegado en toda la noche. Quizás habrá dormido en otra habitación y camino en busca de él pero no le encontré. Escuchó la puerta principal deslizarse y me dirijo allí de inmediato

-Junsu… ¿Qué hace eso aquí? –él tenía el pequeño en sus brazos

-ha permanecido mucho tiempo en el hospital e iban a ofrecerlo como esclavo, no podía permitir eso

-¡pero te dije que no!

-lo siento. Él me necesita, ¡tiene solo dos años! Además es un niño muy calmado. Vas a ser un buen niño ¿cierto? –él le habla al bebe y este asiente. Respiré profundo y me fui de regreso a la habitación para tomar un baño y cambiar mis ropas.

Al acercarme a la sala, la señora Han cargaba al niño y le hacía sonreír, parecía estar encantada con la presencia del pequeño y le apretaba las mejillas

-buen día mi Señor –me saluda feliz sirviendo mi taza de comida –es un niño muy tierno… -ella decía tantas cosas que al final mi mente no la escuchaba, terminé de comer en silencio y Junsu aparece después de darse un baño. Me coloqué mi sobrero y caminé en dirección a la salida

-¡Gracias! –Junsu me abraza por detrás y luego se ubica en mi frente colocando sus manos en mi cuello –gracias por aceptar a Minho

-¿Minho?

-así se llama nues… el bebé –me dice y me da un beso. Después de tantos días sin sentirlo mi corazón se aceleró y mi boca me pedía alargar ese contacto pero no iba a demostrarle mi necesidad. Me contuve y afortunadamente él repitió ese beso. Abrí un poco mi boca para atrapar su labio inferior y él me respondía como antes. Mis manos le atraparon por la cintura para unirlo a mi pecho y mi cabeza se movía de este a oeste. Su lengua también la sentí y ante un mayor deleite me detuve

-te amo –me lo hace saber y le miro diciéndole tantas cosas en mi interior –he pedido una semana en el hospital, quiero estar contigo. Te esperaré, así que por favor no tardes –su sonrisa tan tierna es la que hace que mi enojo desaparezca pero por fuera solo le mostraba seriedad. Asiento con mi cabeza comprendiendo sus palabras y voy a mi trabajo.