Amor aceptado
-¡Jaejoong! –Yo buscaba mis valijas ya preparadas y las
acercaba a la puerta de la habitación -¡no seas exagerado! –Me decía y se me
acerca atrapándome entre sus brazos –te amo –le escucho sin mirar a sus ojos.
Mi molestia podría pasar rápido –ese día…. Tenía mucha rabia y dije cosas que
no tienen sentido –él hace que caminemos así abrazados y me guía hasta llegar
hasta una pequeña mesa en la que me sube y me abre las piernas para estar más
unido a mi pecho y rostro –me vuelves loco… ¿no lo ves? –tenía que ver su
rostro y su boca pronunciando esa frase. Sus labios me besan y debo seguir su
ritmo. Siempre me entrego a sus brazos
-¿aun estas molesto? –Asentí con mi
rostro perdiendo mi mirada en sus labios carnosos deseando probarlos de
nuevo-¡bien! –fue lo que pronunció y mete su cabeza entre mi falda desnudándome
por dentro
-¿Qué… Que ha… ces? –él abre más mis
piernas para que mi hombría le quedara más fácil de besar, sentí su lengua
recorrer mi miembro desde abajo hasta la punta –aaahhhh…. ¡Yunho! –me estaba
torturando con su forma de chupar, lo hacía a la perfección y yo gritaba su
nombre.
Mis codos que eran mi único soporte se
debilitaron y me dejé caer sobre la mesa, Yunho escuchó mi caída y se detiene
para salir del hanbok y bajarme por completo de la mesa, me atrapaba por la
cintura queriendo pegarme a su miembro y me remueve el vestido quedando desnudo
para él. Sus manos exploraban mi trasero y lo aprisionaba excitándome con
desesperación. Mis manos se enrollaron en su cuello y le besaba su lengua
llenándome de toda esa humedad. Le ayudé
a quitar su hanbok dejando descubierta su hombría ya dura y con vida
propia. Lo masajeo y le escucho unos gemidos
-¡súbeme! –le pedí
-¿estás bien?
-te quiero dentro de mí… ¡ahora! –con su
fuerza me carga y me regresa de nuevo a la mesa, me sienta y abro mis piernas
para que él pueda hacerme suyo por segunda vez. Sabía que dolería pero quería
sentirlo
-te amo… te amo –le escuché decirme
mientras jugaba con mi entrada y finalmente lo introduce en mi
-ahh!!! –gemí
-¿estás bien? -no podía hablar pero asentí con mi rostro y
le pedía un beso. Él comienza a moverse dentro de mí sin dejar de abrazarme,
podía escuchar su respiración ya que su rostro estaba a escasa distancia del
mío. Enrollo mis piernas a su espalda y estábamos en la posición perfecta para
unirnos en cuerpo
-ohh… ohh… -su ritmo de penetración
aumentaba -Jae… eres… perfecto…
-ohh… si… ahhh… -de repente el dolor se
iba alejando y empecé a disfrutar de sus embestidas. Él tocaba algo dentro de
mí que me daba placer y solo quería gritar… sin duda esta vez había sido mejor
que la primera. De tanto que recibía hundía mis dedos en su espalda sujetándome
para sentir que es completamente mío
-¡quiero más! –el dolor ya estaba
mezclado con gozo, estaba demasiado encendido por dentro, como un volcán y
quería que explotara dentro de mí con sus movimientos.
-ahhh…. Jae!!! –Yunho se mueve más
fuerte y minutos después llega a su orgasmo haciéndome sentir su líquido dentro
de mí. Se separa de inmediato y se masajea un poco para terminar de regar su
semen sobre mi miembro al que yo masajeaba y también expulsaba lo mismo.
La mano de Yunho toca mi mejilla
izquierda y me sonríe para luego darme un beso con menor intensidad
-te amo –me volvía a besar y así nos
quedamos hasta que fue el momento de bañar nuestros cuerpos… él me lleva de la
mano hasta el cuarto de limpieza y nos metemos en la cubeta de madera, nos
sentamos y el agua nos llegaba hasta el pecho.
Frente a frente nos mirábamos y
sonreíamos, mientras le veía pensaba en tantas cosas. Mi vida estará perdida si
no lo tengo a mi lado, es la persona a la que quiero amar siempre. A quien
quiero cuidar y que sonría por mí. Lo quería tener más cerca de mi cuerpo y me
ubico en su frente sentándome en sus piernas, nuestra excitación ya había
pasado y tardaríamos unas horas para que funcione de nuevo. Pero yo solo quería
estar entre sus brazos
-vamos a la villa a comprar regalos para
mis familiares
-si –le decía probando esos labios mojados
-Jaejoong –me detiene y mi boca quedo
abierta con ganas de seguir ese contacto –no dudes nunca de mi amor
-no lo haré… lo siento –había olvidado
el por qué estaba enojado unas horas antes y le abrazo quedando pegado a él por
un largo rato.
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-¿no crees que es suficiente? –le
pregunté a mi esposo que había comprado
muchos presentes para su familia. Le pagamos a un estudiante para que cargara
con las bolsas y yo le veía algo enredado
-aun me falta lo más importante –me dice
y yo me fijaba en la otra caja que mi caballero colocaba encima del joven.
Realmente estaba preocupado
-aprendiz… ¡descansa aquí! –le dice
Yunho y me lleva de la mano a una tienda que quedaba cerca. Cuando me fijé de qué
se trataba, observé que manejaban la plata y el oro y con ella hacían pulseras,
cadenas, anillos…
-escoge uno –me dice pidiendo que mire
los anillos de oro. Le sonreí y miraba los diseños, algunos eran demasiado
femeninos y quería algo más neutral
-pero… ya tengo este –le mostré el que
me había dado el día de nuestra unión
-ehh… quiero darte otro
-… bueno… este –señale uno que tenía una
línea que cruzaba por la mitad con un color oro más claro –Yunho escogió otro, pago
las joyas y lo recibe en su mano para luego caminar metiéndome a un callejón.
Parecía que quería decirme algo en privado
-¿pasa algo?
-Jaejoong… quiero confesarte algo –me
asusté –yo… ¡no me odies!
-¡habla ya!
-yo voté mi anillo y pulsera de
casamiento
-¡¿Qué?! ¡¿Por qué hiciste eso?!
-estaba muy enojado ese día que descubrí
quien eras y no quería nada relacionado a ti
-pero… esos… ¡no se pueden reemplazar!
-quiero que lo hagamos de nuevo
-¿hablas de casarnos?
-¡no! –Creo que no pensaba bien lo que
decía, estaba molesto porque esas joyas eran representativas –quiero hacerte mi
promesa de amor ahora que se quién eres y que te acepto –le miraba con cierta
rabia pero sus gestos de niño pidiendo disculpa me hicieron cambiar de idea. Le
estiré mi mano izquierda y saca de la bolsa el anillo que yo escogí
-Kim Jaejoong –pronunció –prometo cuidar
de ti todos los días de mi vida, protegerte y amarte hasta que la muerte nos
separe –me coloca el aro dorado y sonrío
-Jung Yunho –era mi turno –prometo estar
para ti siempre, hacerte muy feliz y cuidar de ti hasta que la vida me lo
permita –le coloco el anillo y le abrazo. Me olvidé que había más personas
caminando por el lugar y que nuestra confesión de amor fue en un callejón. Aun
así en esas condiciones, mi mente recordaría sus palabras y lo feliz que me
sentía en ese momento
Regresamos para pedirle al joven que nos
ayudara llevando las bolsas hasta la casa en la que vivimos nuestros primeros
días de matrimonio. Yunho le dio unas monedas de oro y yo organicé todo dentro
de las valijas
-¿me ayudas a cocinar la cena? –le
pregunté a mi esposo y asiente con su rostro. Yunho cortaba las verduras y yo
preparaba los alimentos. Las risas no se hicieron esperar y los abrazos y besos
de él tampoco. Él corta unas fresas y me las daba en la boca distrayéndome
sobre la atención al tiempo de cocción, pero aun luchando por librarme de sus
brazos pude preparar la cena deliciosa.
Disfrutamos de los alimentos preparados
y luego tomamos té en la pequeña terraza de la casa. Nos sentamos uno al lado
del otro con los pies en el aire debido a que la casa estaba más alta del nivel
del suelo. El té y la noche le dieron un toque de romanticismo al lugar y qué
decir de sólo la luz de la luna
-siento mucho lo que pasó con tu hermana
-ahh… fue muy doloroso… -quise hablar
con libertad –yo… tuve mucho miedo de pensar que realmente me denunciarías –bebo
un poco de la bebida caliente
-no iba a hacerlo… solo estaba muy
molesto –él enlaza mi mano con la suya -Estaba enojado conmigo porque cuando
fui con la giseng no pude estar con ella –escuché con mucha atención y le miré
a sus ojos –sus besos no eran iguales a los tuyos y no quería aceptar que me
había enamorado de ti
-¿de verdad?
-¡sí!... y el día que llegaste tarde
pensé que te habías escapado, odié la idea de no verte más
-¡eres un tonto! –Le dije y él se sorprende
–me hiciste sufrir mucho por creer que me odiabas
-¡vamos! No quiero que se nos acabe la
noche
-¿Qué? ¿Pero…? –Yunho me toma por los
hombros y me lleva hasta su habitación abrazándome por detrás besando mi
cuello, tocando mi pecho y mi sexualidad para activarla. No lo hacía con
impaciencia y así me torturaba más con sus manos
-no marques mi piel –le pedí pero más
chupones dejaba sobre mi cuello, en este punto él es un experto quitando mi
hanbok de una sola movida y en segundos ya no tenía nada que cubriera mi cuerpo.
Él se desnuda y me lleva hasta la misma mesa en la que horas antes me hizo suyo.
Apoyé mis manos en el borde dándole mi espalda a Yunho quien al parecer ama jugar
con mi trasero. Lo tocaba, apretaba y lo preparaba para entrar en él. Con sus
manos tocándome ya era suficiente para excitarme y quererlo dentro de mí.
Él ingresó de una sola vez todo su
miembro en mi cuerpo y me sobresalté. El placer me pedía mayor acción y yo
mismo empiezo a moverme, a chocar mi trasero con su vientre y era la primera
vez que escuchaba sonidos al unirnos, esos ligeros golpes eran demasiado
excitantes, era como si el goce aumentara y eso me obligaba a gemir en voz alta
-¿estás bien?
-¡muévete! –le pedí y sus embestidas
estaban llenas de fuerza. Había un dolor delicioso, placentero, adictivo,
levanté un poco la espalda para acercarme a su boca y él me encuentra
besándonos con algo de torpeza mientras él entraba y salía de mí con rapidez
-ahhh… Yun… si… así… mmm… -mordía mis
labios y gemía apoyándome fuerte sobre la mesa, estaba recibiendo demasiado
voltaje de mi caballero. Con el tiempo sentía que Yunho estaba cerca del placer
buscado y aumenta su fuerza dando un último suspiro para salir de mí y besar mi
espalda varias veces. Él me masajea con su mano derecha y en segundos mi semen
es expulsado también. Él se sienta sobre la frazada gruesa y hace que yo caiga
delante de su pecho. Podía sentirle recuperando su aire
-te haré el amor todas las noches
-¿ehh?
-eres solo mío Jaejoong –creo que si le
estaba volviendo loco pero aun así, su ser posesivo me gustaba
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Ya está todo listo para el viaje, las
personas de los caballos y que manejan las cabinas donde colocamos las valijas
han llegado para emprender nuestro regreso. Me aseguré de no olvidar nada
dentro de la casa y cuando salía veo a mi esposo acompañado de la misma giseng.
Corro de inmediato donde ellos están
-Sohee… vete por favor
-¡Yunho te amo! –le decía la mujerzuela
sin importarle que yo estuviese presente
-¡pero él a ti no!... deberías irte –le
dije conteniéndome en voz calmada
-mira… te devuelvo lo que me regalaste –la
giseng le entrega una bolsa pequeña –ese anillo y pulsera no me interesan
-¿Qué dijiste? –le arrebaté la bolsa de
la mano a Yunho y al abrirla veo nuestras joyas de matrimonio. Le miro con odio
y la lanzo al suelo subiendo al caballo y emprendiendo el viaje yo solo
-¡adelántense! –escuché que grito Yunho
y mis ojos dejaban salir algunas lagrimas
Alrededor de una media hora después
Yunho se me acerca en otro caballo manejado por él
-Jaena… ¡detente! –estaba muy molesto y
le pido al caballo mayor velocidad. No quería oírlo. Estoy dolido. Qué haya
perdido las joyas lo podía aceptar, pero que se las haya regalado a la giseng,
eso no se lo perdonaría así de fácil
-¡Jaena! –me calmé un poco y fue cuando
sentí que iba a alta velocidad, le pedí al animal que bajara un poco pero
estaba como loco y no reaccionaba a mis órdenes. Me asusté y le halé por el amarre
de la cabeza haciendo que el animal se levantara y me caí de espaldas -¿te
duele algo? –me vi envuelto en los brazos de mi esposo y él tocaba mi cabeza y
cuerpo para cerciorarse que estuviese bien
-no me pasó nada –intento levantarme y
el piso se me corrió un poco cayendo en los brazos de mi caballero
-ya pasó –él me abrazaba y cerré mis
ojos para que pasara el mareo. De cierta forma me obliga a sentarme dentro de
la cabina para seguir el viaje. Él se sienta a mi lado y pide a los hombres que
continuemos con sin apuros
-Jaejoong… ¡me has asustado mucho! –Ignoré
su voz y su presencia -¿me ignoraras? ¡Vamos Jaejoong! No es tan grave
-¡le regalaste nuestras joyas! –le grité
y le miré a su rostro -¡eran solo nuestras!
-lo sé… estaba borracho esa noche –él se
justifica –eso fue un error. Lo lamento mucho… ¿me perdonas?
-¡no lo haré!
-te dejaré solo para que pienses mejor
las cosas –él continua el viaje en caballo mientras yo me quedé en la cabina.
Pasaron dos horas y aun faltaba para
llegar. Mi esposo se me une de nuevo dentro de la cabina y yo cabeceaba del
sueño. Sentí que mi cabeza la acomoda en su hombro y me despierto mirándolo
-ehh… ya no tengo sueño
-¿seguro?
-si –no pasaron dos minutos cuando de
nuevo mis ojos estaban pesados y exigían que los cerrara
-no seas obstinado –me dice y me ofrece
su hombro para que estuviese más cómodo. Me sentía muy cansado por el viaje y
me dejé guiar de Yunho quien me acomodo entre sus piernas y con mayor facilidad
mi cabeza se acomodaba en su hombro. Mis brazos los usé para apoyarme de su
cuello y dormía como si fuese un niño.
Ya parecía una costumbre que cuando
llegáramos de un viaje, mi esposo tuviera que despertarme. Esta vez susurro mi
nombre y me da un beso en la mejilla… ¡oh! Hemos llegado. Su familia nos
esperaba en la entrada y nos saludaron calurosamente.
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Los días han transcurrido normales. Mi
esposo llega después de su día de trabajo a casa, le preparo la cena y me
agradece lo deliciosa que queda. Luego nos vamos a la frazada y hacemos el amor
pero en silencio, procurando no gemir alto para que no nos escuchen. Él había
cumplido su frase de “te haré el amor todas las noches” y no era algo que me
disgustara. Amaba sentirlo entrar y salir de mi cuerpo. Era como si en ese
momento solo somos los dos en este mundo.
-¡hola! –me saluda Dae Na ingresando a
mi habitación
-¿Cómo estás?
-bien, no tan feliz como tu –me dice y
no comprendo bien sus palabras
-se ven tan enamorados… me da envidia
-ahh… ¡Dae Na!
-¡lo olvidaba!... iremos a una
celebración esta noche… es el cumpleaños de nuestro abuelo…
-¡Yoochun! –fue lo que pensé y Dae Na me
miro confundida
-Yunho no quiere que… tú sabes… ¿él
estará ahí? –Ella asintió – ¿no crees que no deberíamos ir nosotros?
-mi abuelo no se los perdonaría ¡jamás!
Utilice un hanbok de colores llamativos
acorde a una celebración y esperé por mi esposo. En cuanto me vio me dio un
beso en la mejilla y no lucia muy alegre
-no quiero ir –me decía cambiando su
ropas
-lo sé… no me alejaré de ti –él quería
decirme algo pero no lo hizo. Algo me decía que era sobre su primo pero le
distraje besándolo y abrazándolo.
En la casa de sus familiares se dispuso
de una mesa alargada llena de diferentes tazones con comida y luego de unos
minutos es que todos habíamos llegado nos sentamos. Yo estaba al lado de Yunho
y en todo mi frente esta Yoochun y a su lado Victoria. Solo en ese espacio de
la mesa se podía sentir un aura pesada
-Yunho… –pronuncia la mujer -¿Cómo has
estado?
-feliz –le responde con una sonrisa no
muy honesta pero tampoco del todo falsa. No me gusta esa conversación, ¡no me
gusta!
-con mucha razón –interrumpe su primo
–su esposa es una mujer muy hermosa… me he perdido viendo su rostro –escuché
los palillos de Yunho golpear la mesa y le toco su brazo para que se calme
-¡Yoochun no seas grosero! –decía esa
mujer
-eso no es grosería, ¿no puedo decir que
es hermosa? –mi esposo se levanta de su cojín y le sigo hasta la salida de la
casa. Él sabía que iba detrás de él porque mi mano tocaba su hombro hasta que alguien
gira mi cuerpo y hace que lo suelte. Yoochun estaba frente a mí y en una acción
rápida une sus labios con los míos. Mi esposo al no sentirme se voltea y lo
siguiente que vi fue un golpe que le dio a su primo haciendo que cayera al
suelo y su boca sangraba.
me encanta que YunHo y Jae se reconciliaran las dos veces que se han enojado.
ResponderEliminarque le pasa a YooChun porque beso a Jae, no le basto con quitarle a Victoria, ahora también quiere a Jae.
espero que no traiga problemas en la relación del YunJae.
gracias por el capitulo.
Bueno pero que demonios le pasa a Yoochun!!!
ResponderEliminarno conforme con quitarle a su primera prometida, ahora le quiere quitar a Jae!!!
Espero que esto no sea un tema de discusion entre el YunJae.
Mugre Yoochun a pesar d lo que hizo sigue molestando a Yunho besando a Jae. Que le rompa su mandarina en gajos eso no se debe hacer.
ResponderEliminar***Yoochun lo unico que quiere es fastidiar a Yunho? Primero Viuctoria y ahora Jae? Ahhh pero que esta pensando....Yunho pobrecito no Jae ser besado a la fuerza...arrgg....ojala no se de cuenta de que Jae es Hombre que tal y despues intenta tocar otras partes ir mas lejos y si lo descubre puede amenazar a Jae o yunho y.....O me estoy llendo lejos de Nuevo....
ResponderEliminarMuy buen cap el pasado crei que Jae se enfadaria mas por la *** Que no deja en paz a Yunho pero me alegra que jae le creyera a su esposo-----
La frase de Jae nunca olvides que te amo awwww fue tan lindo.......y Te hare el amor toda la noche.....¬¬ Mucho mejor....^^
Me gusta mucho el Fic demasiado es romantico y con lime y lemon ahhhh hermoso!!!
Que descarooo en de mi Ratón.... esta es la parte que no me agrada mucho... Ennserió que que Barbaro Chunnie no te sabes estar quueto😢😢 he ahí que no ama a Victoria y por eso la va a... yaaa see yaaa See Mejor me cayo...😂
ResponderEliminarMe encantan las escenas de celos! Pero mas aún las reconciliaciones!❤ Ese Yunho es un amor con su Jaejoong
ResponderEliminarY que onda con Yoochun!? Esta loco!
Se lo tenía merecido, que le pasa, le tiene envidia aYh? Quiere todo lo que el tiene.
ResponderEliminarQue atrevido el primo! Se merece el golpe que se ganó.
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