CAPITULO TRES
YOOCHUN
Junsu
parecía esconderse de Hani cuando esta entró a mi habitación sin haberle
autorizado, entendí su deseo de no ser visto y mientras hablaba con la
cortesana le veo irse de la habitación huyendo sin comprender cual era su
motivo
-¿no crees que es poco descortés de tu parte entrar
sin mi permiso?
-lo siento príncipe, solo quería saber si podía
ayudarle en algo -sabia de sus sentimientos por mí, quería que
disfrutara de su compañía pero simplemente no la deseaba, era de mi padre y no
era nada sexy que yo utilizara su cuerpo
-estoy muy bien, si necesito algo voy a llamarte -ella sonreía con algo de pena, la estaba rechazando por segunda vez y
luego de dedicar una mirada lujuriosa a todo mi cuerpo se retira de la
habitación.
Esperé
de pie por unos minutos imaginando la figura de Junsu aparecer de nuevo para
pasar conmigo la noche, no podía acabar todo alejándose de mi habitación sin
haber considerado mi orden de que esperara por mí en la cama…. Coloqué unos
pantalones cortos para dormir sin dejar de mirar a la puerta…
-¡Pero que ideas absurdas tengo en mi cabeza.! -dije en voz alta, me gustó y si… fue un momento increíble pero es un
simple esclavo… es posible que le disfrute por un par de veces más y deje de
estar tan presente en mi cabeza.
YUNHO
El coche
se detiene con tanta suavidad que no supe en qué momento ya habíamos llegado al
palacio del sur, mi cuidador abre la puerta del vehículo interrumpiendo mi
agradable sueño, mi cabello estaba completamente despeinado, mis ojos lucían
más pequeños que de costumbre y su cara me decía me veía peor de lo que
imaginaba
-puedes usar este sombrero y el velo para tu cara -asentí pensando que finalmente ese velo no sería mala idea después de
todo. Me preparé para bajar del coche observando a los servidores del palacio
hacer una línea de respeto para darme la bienvenida.
Subí las
escaleras que me llevaban a la entrada principal saludando a todos, el
mayordomo del palacio nos saludo apropiadamente y nos guio hasta nuestras
habitaciones, era casi la media noche y no era adecuado saludar a la familia
real, era casi obligatorio esperar hasta la mañana siguiente para hacer mi
correcta introducción.
A simple
vista, la habitación estaba muy bien organizada, era amplia y la decoración era
bastante agradable, un lugar bello para estar al menos por unas semanas mientras
Yoochun se decidía a venir.
-Yunho estos son los regalos que entregaras en la
mañana durante el desayuno -comentó mi cuidador
-¿regalos? -nadie me
había comentado acerca de eso, revise la caja y encontré semillas de girasol,
aceites muy finos y… un collar de diamantes
-definitivamente eso no lo entregaré
-es… idea de Yoochun… además… el príncipe es lo más
importante
-no lo haré… ahora necesito descansar -hice que mi colaborador saliera de la habitación para poder disfrutar de
dormir cómodamente sobre una verdadera cama. Solo he colocado la cabeza en la
cama y he quedado inconsciente.
JAEJOONG
-¿traje rojo? -le
pregunté a mi esclava quien había dejado sobre la cama el vestido que llevaría
al desayuno de esa mañana
-¡el príncipe del norte ha llegado! -dijo ella con exaltación -hoy
debe lucir más precioso que nunca para conocer a su futuro esposo
-no quiero usar traje rojo, tráeme el color negro
-pero… -la esclava dejó de
mostrarse tan contenta y fue en busca de mi traje color oscuro.
No estaba de
acuerdo con este matrimonio y aun tendría la oportunidad de que algo sucediera para
que tuviéramos que cancelar.
Pasados
los minutos ya lucía impecablemente mi traje color negro con líneas plateadas,
mis pantalones eran blancos y botas negras daban un estilo de no importarme
mucho la presencia del nuevo príncipe en el palacio.
Salí de
la habitación para dirigirme al comedor principal del palacio donde tendríamos
ese primer encuentro con el desconocido, me llevé una sorpresa al no encontrar
a nadie en la habitación y acto seguido nuestro mayordomo nos informan que
todos se encontraban en el patio principal.
Caminé
en dirección al patio observando desde lejos a un hombre alto frente a mis
padres haciéndoles reír sobre algo, el guardia de ese momento abre la puerta
para mi y me muestro frente a todos robando su atención
-Jaejoong… -esa fue
mi madre con una sonrisa en su cara -tienes
que conocer al príncipe Park Yoochun… ¡es un encanto de persona! -inmediatamente
observé que tenia medio rostro cubierto
-ni siquiera puedo ver bien su rostro -mi padre se coloca de pie
-ha tenido un pequeño accidente y debe cubrir su
mejilla para que se recupere cuanto antes, no seas tan mal educado -hice silencio y esperé que él retomara lo que estaba contándoles a mis
padres
-estos son los mejores aceites que podrán encontrar en
el reino, para su piel, el olor es perfecto para empezar un buen día -mi madre no dejaba de sonreír
-y para nuestro Jae… ¿has traído algo? -él se quedó en silencio
-bueno… deseo darle algo que de verdad aprecie y debo
conocerlo mejor -le dediqué una mirada de poco interés y me fui de
allí. Alguien había arruinado mi apetito por el desayuno y prefería ir a
cabalgar por los alrededores del reino.
JUNSU
No podía
olvidarlo, no quería tampoco, su forma de tocarme había sido única, nunca nadie
me había hecho sentir tanto, esa noche se había grabado en lo más profundo de
mis memorias, podría la vida concederme el deseo de estar a su lado todo un
día, pagaría el precio que fuera necesario por solo tener un abrazo
-¡niño estúpido! -me
llamó Choa sacándome de mis pensamientos -el
mayordomo quiere que vayas a la casa de hacienda a hacer limpieza
-¡eso lo hicimos hace dos semanas! No es posible que…. -solo ver la sonrisa en su rostro comprendía de que se trataba todo
esto… -así que alguien me quiere lejos
del palacio…
-por mi deberías quedarte allá siempre -ella se me acercó -Hani te
envía una advertencia… una provocación más y te olvidas del palacio del norte,
se asegurará de que seas vendido al peor postor -la rubia oxigenada estaba
ganándose más de mi odio. Lancé con mucha ira la pequeña toalla con la que
hacia la limpieza de los estantes tratando de pensar en cómo vengarme de su
actitud hacia mí.
-¡Junsu! -era la
voz del mayordomo, respondí a su llamado ubicándome frente a él para
comunicarme la mala noticia acerca de mi traslado a la casa de la hacienda, eso
iba a impedirme ver a Yoochun y sobre todo seguir seduciéndole para lograr
obtener sus favores.
Caminando
de regreso a mi cabaña para preparar lo necesario me encuentro frente a frente
con Hani, su sonrisa de victoria me hizo hervir la sangre y empuñar mis manos
-Oh… príncipe -ella
le ve detrás de mí y cuidándome de su amenaza ignoré a Yoochun para seguir mi
camino hasta mi dormitorio.
YOOCHUN
¿Dónde ha estado este esclavo?... debo revisar también
en la cocina o quizás allí….
-Oh… príncipe -veo
como Junsu se muestra inquieto ante Hani, algo sucedía entre esos dos y estaba
a punto de preguntar cuando veo el esclavo seguir su camino ignorando por
completo mi presencia… al menos ¡debía mostrarme sus respetos!
-necesito hablar con mi padre, ¿Sabes dónde se
encuentra? -ella peinaba su largo cabello tratando de resaltar su
belleza exótica
-si… me ha dicho que iría a la biblioteca central del
reino, puedo acompa….
-gracias -no le
dejé terminar de hablar y tomé camino hacia los coches del palacio, ordené que me llevaran a librería para
preguntar a mi padre un tema relacionado al intercambio de bienes por mi
matrimonio… ni siquiera sabía exactamente que íbamos a ganar de ese enlace.
******
Mi padre
no podía dejar de verse con sus amigos más cercanos cada vez que visitaba el pueblo,
luego de explicarme todo sobre mi matrimonio pidió a sus guardias que le
llevaran a casa de los Lee, él adoraba esa familia mientras yo tenia ciertas
diferencias que no me interesaban arreglar. Solicité a mis guardias preparar el
coche para regresar al palacio donde la noche se acercaba y las ganas de tener
en mi cama a ese esclavo se hacían más fuertes a cada minuto.
Tomamos
camino al palacio y todo el tiempo solo podía recordar esos dulces labios sobre
mi pene degustando con tanto placer, su mirada sobre mí era detonante de mayor
deseo, quise haberle hecho mío esa misma noche pero no pude contener mi orgasmo
que llegó tan rápido, tan fuerte, tan intenso… el vehículo se detiene
bruscamente despertándome de mis recuerdos
-príncipe… -el
guardia abre la puerta del coche -el
clima está haciendo peligroso llegar al palacio… sugiero que lleguemos a casa
de la hacienda, es lo más cercano que tenemos
-¿Qué tan peligroso? -en
verdad deseaba regresar al palacio, no podía perder esa noche sin probar a
Junsu…. Era tonto pensar que mi cuerpo me daba órdenes sin importar la razón
-hay vientos muy fuertes, nuestros caballos no podrán
galopar
-¡bien! -dije de mala gana -vamos a casa de la hacienda
******
JUNSU
La casa
de hacienda estaba limpia, no había mucho que hacer y tomando ventaja de que
estaba solo en la habitación principal me senté sobre el sofá justo debajo de
la ventana para disfrutar de la vista, recogí mis piernas y pensé que algo
debía hacer para mejorar mi situación de esclavo…. Veía nubes negras acumularse
por todo el lugar, señal de que caería una lluvia bastante fuerte.
Me
recosté sobre el sofá para estar mucho más cómodo sin dejar de observar por la
ventana el valle verdoso y el cielo gris… mentiría si no reconocía estar
pensando en el príncipe Yoochun… he perdido una noche de su compañía, de sus
manos tocando mi cuerpo, cerraba mis ojos sonriendo por ese momento en que me
dio placer, con la yema de mis dedos rocé la piel de mi cuello recordando su
sexy voz pidiendo que me corriera para él
-¡Junsuuuu! -la
horrenda voz del encargado de la hacienda me despertó de mi nueva fantasía -¡¿Dónde estás?! -seguramente quería
comprobar que no me hubiera escapado y decidí ignorarle por unos minutos más,
seguí acostado en el sofá cuando de repente la puerta se abre
-aquí estoy -dije
con poco interés hasta que reconozco al príncipe Yoochun de pie ingresando a la
habitación, me levanto de inmediato del sofá totalmente apenado ¡eso era
totalmente inesperado!
-¡tu!... -el
tampoco esperaba verme aquí -¿Por qué te
fuiste sin mi autorización? -quise sonreír de la emoción pero mi reacción
fue acercarme a él sin tocarlo
-lo… siento… mucho -respondí
seduciéndole con mi mirada observando sus labios deliciosos mojarlos con su
lengua… Yoochun me toma de la cintura atrayéndome a su pecho
-¿Puedo saber que sucede entre Hani y tú? -no quería quejarme de eso con Yoochun, no era mi forma de ser pero su
mirada era decidida a conocer al menos una razón
-solo me odia por ser más bello que ella -hice reír a Yoochun lo cual me sumaba puntos
-lo eres… eres muy hermoso -las
manos de Yoochun comenzaron a moverse por mi lazo de la camisa para soltarlo,
con mucha lentitud sin dejar de recorrer la piel de mi pecho abrió la tela para
hacerla caer al piso… mi pecho estaba completamente desnudo para él y su mirada
hizo que mis labios se mordieran, sus dedos comenzaron a palpar con lentitud
desde mi cuello pasando por mis tetillas hasta el borde mi pantalón halándolo
para pegarme a su pecho y robarme un beso que atrapó toda mi boca
-¡¡Junsu!! -me
estaba llamando de nuevo el encargado. Yoochun termina el beso y me mira
-de esta habitación no sales por esta noche -se aleja para abrir la puerta y pedir al encargado que nadie se atreva
a molestarle…. Lo que su beso prometió no era una simple noche de pasión, era
sexo puro y salvaje.
YUNHO
-príncipe Park -me
llamó la madre de Jaejoong -no sé si se
siente un tanto cansado en este momento
-no, no lo estoy -le
regalé una sonrisa a través de mi velo, esperaba que entendiera que se trataba
de una sonrisa
-mi Jae es un poco difícil y complicado y malgeniado…
algunas veces, pero es un amor de persona, sé que una vez se gane su confianza
todo será mejor -traté de entender su consejo asintiendo -él ahora esta cabalgando en nuestras
tierras vírgenes, deberías ir a buscarle para la cena -comprendía muy bien
las palabras de su madre queriendo que me acercara a su hijo. Hice señas con
mis manos de Ok y de que la idea era muy buena, me sorprendió saber que ya
tenia preparado el caballo para mí y un guardia de seguridad para indicarme
hacía donde era el lugar.
Noté que
el guardia que acompañaba a Jaejoong no estaba con él, no me sorprendía saber
que con su carácter deseara estar solo mientras disfrutaba del bello campo
lleno de verde y con aire limpio, también se escuchaba un riachuelo correr más
adentro del bosque. Comprendía que debía seguir solo y le ordené al caballo
galopar con rapidez, finalmente veo un caballo blanco detenido y Jaejoong
tratando de hablar con el equino
-¿Sucede algo príncipe?
-no es nada -observé
con más cuidado la situación obteniendo el análisis preciso
-ah! el caballo no quiere andar ¿Qué le has hecho? -sabia que eso le provocaría
-¡no le he hecho nada! -me bajé
de mi animal para ayudarle
-no te acerques, a mi caballo no le gustan los
extraños, le asustan y… -me ubiqué en su frente haciéndole enmudecer como si
fuera a hacerle daño, le quité las
riendas y toqué la cabeza del animal para guiarle a dar una vuelta completa
mientras le hablaba con voz suave, al terminar le entregué las cuerdas a
Jaejoong quien dudó en recibirlas
-no me extraña que el caballo también sea terco
-¡¿Qué dijiste?! No te permito que me trates de esa
forma tan…
-¿tan qué? -le
encaré observando con mejor ángulo su delicado rostro, hasta diría que
femenino, es bello, sin ninguna duda, sus ojos difícilmente pudieron sostener
mi mirada
-me voy primero -mencionó
para luego subir al caballo y marchar al palacio, mi paciencia se estaba
agotando con ese niño mimado, lo único que debía mantenerme motivado serian los
lingotes de oro prometidos por Yoochun… solo unos días más y todo terminaría.
JAEJOONG
Guardé
mi caballo en su espacio dentro de la caballeriza, estaba molesto, enojado, no
confiaba para nada ese Park cuyos ojos eran lo único que podía conocer hasta el
momento, sin antes de verlo me generaba desconfianza en este momento le
considero peligroso para mi reino.
Me
despedí de mi caballo y me fui a mi habitación para cambiar mi traje, en unas
horas seria la cena y necesitaba descubrir cuanto antes sus intenciones para
evitar que el casamiento se llevara a cabo.
-aquí está su traje -la
esclava me mostraba el color verde oscuro, lo observé por unos minutos e
imaginando mi siguiente movimiento con ese príncipe del norte pedí que cambiara
el color a blanco.
Horas
después me encontraba sentado en el comedor con mi padre en la cabeza de la
mesa y Park frente a mí cuyos ojos no dejaban de observarme. La cena se
desarrollaba en tranquilidad hasta que mi madre muestra sin reservas sus
intenciones de emparejarme con el príncipe
-y… Sr. Park… ¿Que lugares bellos y románticos hay
para visitar en el reino del norte?
-tenemos muchos… hay uno muy especial, es una casa en
medio del bosque, las habitaciones tienen acceso a un rio que cruza en la parte
de atrás y… -era mi momento de actuar, pretendí tomar el vino y
derramar “accidentalmente” un poco en mi saco
-¿estas bien cariño? -mi
madre se preocupo y una esclava se acercó para ayudarme, pero me levanté de la
mesa y me disculpé por un momento. Me fui en dirección a mi habitación, pero en
realidad aproveché para ingresar a la habitación dónde se alojaba Park.
Abrí el
mueble de ébano donde guardaba sus trajes y sus otros objetos personales.
Revisé cada una de las secciones de la habitación sin encontrar nada
sospechoso, finalmente olvidé mirar en la mesa de noche donde se ubica el
candelabro al lado de la cama… abrí mis ojos de sorpresa al ver una daga
dorada, la tomé en mis manos y la examiné con cuidado, tenia unas letras
impresas sobre el filo
-¡eso no es tuyo! -escuché
una voz que me asustó y solté la daga haciéndola caer sobre la cama, me giré y
era Park frente a mí con mirada de enojo, aun así levanté mi pecho en señal de
valentía
-no confío en ti, sé que escondes algo y descubriré
que es
-es más fácil si solo me preguntas en vez de husmear
en mis cosas -él se acercó a recoger la daga y guardarla de regreso
en el cajón
-entonces ¿quieres quedarte con todo mi reino?
-no me interesa -él
respondió sin pensar regresando su atención a mí, tomó mi mano para llevarme en
dirección a la puerta de salida -¡Es
suficiente!
-no para mi -dije
mi pensamiento en voz alta y con mi mano aplicando fuerza retiro el velo que
cubría su rostro
-tu… tu no tienes ninguna herida en tu rostro -me liberé de su amarre -¿Quién
eres tú?...
Esstaaaaa muyyy buenaaaaa!!!!!
ResponderEliminarZaaaaaz¡¡¡ era cosa de tiempo... en serio Yoochunnie como un trite pañuelo??? Ves? Tu primo está en aprietos. Junsu y su ecxesiva confianza en su belleza me dan risa, veamos si le vale lo suficiente como para no salir por cuerdas con mi Chinnie.
ResponderEliminarTómala ya les descubrieron .... Ahhhh ese susu que suerte la suya jejejee
ResponderEliminarJajaja hay jae tu si que eres agil en deducir algo
ResponderEliminarWaaahh!!! Me ha encantado!!!
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